Capítulo 12

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No puedo explicar con palabras lo hermoso que era volver a sentir sus labios pegados a los míos. Era algo tan perfecto que ni siquiera hacía falta ser adivino o un genio para darse cuenta que ese era el lugar en el que debían de estar. Poco a poco el movimiento de los labios empezó a ser cada vez más brusco, sus manos se aferraron a mi cintura y en un empujoncito de mi cuerpo mis piernas rodearon su torso.

-Nina – jadeo - ¿Estas segura de esto? – pregunto recuperando su frecuencia cardiaca.

-Si – murmure cerca de su cuello plantando besos que provocaron que se estremeciera bajo mi cuerpo.

Camino hasta una de las habitaciones de aquella espaciosa cabaña y me dejo caer sobre la cama de sábanas blancas.

-Necesito que estés segura de eso – musito examinándome desde arriba.

Me arrodille en el extremo de la cama para de alguna manera estar a la altura de su cara.

-Te quiero a ti – murmure – ahora.

Me tomo por los hombros mientras sus ojos castaños se clavaban en los míos quitándome el aire.

-Tienes que saber ciertas cosas antes…

-No – negué mientras le plantaba un dedo en la comisura de los labios – no en este momento.

Sé que suena muy estúpido pero no quería escuchar de esa noche… no aun… quería que por una vez en el último puto año quedara borrado… solo quería su cuerpo, su esencia… le extrañaba tanto que solo lo quería a, el… a, el… solo a, el.

-Nina… no quiero que te arrepientas. – pego su frente con la mía.

- Jamás podría arrepentirme- lo mire a los ojos – no de ti.

-Entonces escúchame por favor – pidió

-No – me relamí los labios – dijiste que cuando te escuchara te vería de una forma distinta… que para mí ya no serias el mismo. Y no quiero eso – lleve una de sus manos hasta mi pecho donde la carne se hallaba temblando por los latidos de mi corazón – te quiero aquí, mientras el corazón siga latiendo así.

 Asintió mientras tomaba mi cintura en un abrazo.

Suspiro.

-Nina no me odies – murmuro y no pude articular respuesta.

Tiro de mi cintura para que quedará acostada sobre la cama se despojos de su camiseta mientras su pecho blanco quedaba al descubierto tan perfecto como él, aproximo sus rodillas al extremo de la cama y busco mi cuerpo con sus manos para sacarme la remera, instintivamente rodee su cuerpo con mis piernas. Y comenzó el juego de labios, de vez en cuando él se separaba para besar parte de mi cuello, abdomen y parte de las caderas.

Dicen que las cosas nunca son como la primera vez. Que nunca sentirás lo mismo que aquella vez que fue la primera… y tienen razón. No se sintió nada como la primera vez, esta vez, no tenía la necesidad de conocer su cuerpo, no tenía la inmadurez de una chiquilla de 15 años, no sentía la adrenalina del momento… simplemente lo sentía a, el… a su tacto cálido, a su forma de mover y arquear mi cuerpo… esta vez todo fue diferente… había sentimientos de confusión, odio, tristeza, melancolía… la llama creciente de un huracán de sentimientos que invadía la cama… puedo jurar que derrame unas cuantas lágrimas y puedo jurar que él también lo hizo… mientras mis manos se aferraban a su cuello y espalda… estando desnuda en esa cama  Admire desde mi posición a aquel individuo y por un momento llegue a pensar que no era real… había esperado tanto este momento… dios de verdad había llegado a pensar que no pasaría y tenerlo aquí… justo aquí… buscando mis labios con los suyos hacia que todo mi cuerpo se estremeciera bajo el suyo como si fuéramos después de todo uno. 

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