Capítulo 5

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Respire 20 veces antes de bajar del auto, de alguna forma sentía como si aquello no fuese real. Cada segundo de ese momento se movía en cámara lenta como si fuera una realidad lejana. Como si fuera un sueño. ¿De verdad estaba aquí? Quiero decir después de tanto tiempo desaparecido ¿por fin estaba aquí? O solo estaba siendo timada por mi subconsciente. Pero no solo eso, tenía que descifrar si estaba enojada… feliz… ¿Qué demonios sentía? Tenía un huracán de sentimientos en el estómago, baje del auto e hice lo único que podría proporcionarme calma. Fui directo a la oficina del calvito.

-señorita Collins ¿Qué hace aquí?- me miro con intriga una vez que había cruzado la habitación exasperada al punto de la histeria.

No sabía muy bien como contestar aquella pregunta, así que solo recorrí la habitación caminando arrebiatada de un lado a otro. Sin duda debía de parecer esquizofrénica, histérica, ansiosa o alguna otra enfermedad mental que implicara querer sacarte los ojos, pero es que simplemente, me hallaba en un mar de emociones que chocaban contra mi mente, haciendo que mi cabeza se inundara con sentimientos contradictorios.

-Grace… ¿quieres que llame a un médico? –pregunto

-EL ESTA AQUÍ – grite ignorando su pregunta anterior.

-¿El? – Hablo un tanto confundido- hablas de él, el.

-SI HABLO DE EL EL –grite de nuevo

-Tienes que calmarte – se acercó a mí - ¿Quieres decir que Nathan está aquí?

-No mi tío Juancho – hable sarcástica – CLARO que Nathan

Estaba exaltada mi pecho se movía irregularmente con mi respiración como si estuviese desesperado.

-Mira Grace… la cosa es que… - hablo tratando de consolarme cogiéndome el hombro izquierdo.

-No puede ser…- halle la verdad en sus ojos – Usted sabía que el vendría ¿no es asi? – me exalte aún mas

-Grace…

-Maldita sea ¡por eso todo lo de “no sabrás manejarlo” y esa mierda! CLARO…. Maldición….

-Ayer nos informaron que se trasladaría una nueva tutora y un alumno nuevo. Cuando vi el nombre me impacte… se me exigió no decirte.

Lo mire consumida por la confusión.

 -Mira Garce la tutora que ha ingresado es la comprometida del hermano de Nathan ¿Cómo dijiste que se llamaba? – No espero mi respuesta – ah sí Liam Denovan, ella nos pidió, casi nos suplicó, vaya, que aceptáramos a Nathan, aun sabiendo como esto te afectaría… bueno ya sabes…

-NO NOSE – hable enrabiada – no tengo ni puta idea de quién es esa puta Sídney, nunca la vi en la casa del estúpido ese y nunca supe de su existencia así que si se me disculpa, iré con el director a que me explique porque cojones acepta a un alumno a mediados de un ciclo escolar.

El intento detenerme pero al darse cuenta de que sus intentos eran vanos me dejo ir. Sin embargo no me dirigí con el director no tenía ganas de verle la jeta a ese anciano embustero. Me fui directo al despacho de Sídney. Por ser nuestra tutora nos había dado el número de su oficina y nos dejó dicho que podíamos ir a ella y lo cito “cuando quisiésemos” y esto de hecho era una emergencia.

Al llegar ni siquiera toque la puerta. La abrí frenéticamente. Ella se hayo sorprendida al otro lado.

-¿Collins? – Logro articular – Aún faltan 20 minutos para las clases ¿Qué haces aquí? ¿Te sientes bien?

“no” quise responder. Sin embargo me quede parada en el marco de la puerta pasmada por mis propios pensamientos. ¿Qué le preguntaba? Quiero decir. Mis emociones no me dejaban pensar claramente. Todas mis acciones eran producto de una ansiedad injustificada. ¿Qué podría decirme ella que podría cambiar las cosas? NADA. Exacto no hay nada que ella podría decir que minimizara mi dolor, mi incertidumbre, simplemente me estaba comportando como una niñita inmadura y caprichosa. Estuve a punto de irme. De girar y largarme a otro lado pensar. Sin embargo ella me detuvo.

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