Katsuki no acepta que su pequeña hija ya tenga novio. Para Shoto, es una situación divertida, por lo que prefiere guardar silencio y ver el alboroto. Todo iba "bien", hasta que 𝘒𝘰𝘵𝘢 decide cantar 𝘙𝘶𝘥𝘦 a su suegro.
⇨Todobaku.
⇨Eri x Kota.
⇨Si...
Ambos decidieron compartir su decisión con sus demás familiares, recibiendo afirmativas y algunas lágrimas de la emoción.
Pasaron al rededor de un año mirando perfiles y conociendo a niños en el sistema de cuidado adoptivo, más no encontraban al indicado según ellos. Les rompía el corazón, ver a tantos niños nesecitamos de amor y familia. Se llegaron a cuestionar a sí mismos sobre lo que querían y lo que sentían que podrían manejar.
Habían contratado a un trabajador adoptivo para que les ayudará en su travesía en la búsqueda de un infante al cual adoptar, tener a aquel hombre fue una verdadera bendición para ellos, pues el papeleo y los sistemas no eran muy tranquilos cuando una pareja de su categoría, es decir homosexual, quería adoptar, más no se les hizo imposible, sólo complicado.
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Katsuki se estiró, bostezando y suspirando a la vez, estaba cansado, ver a tantos niños y niñas y escoger de aquellos miles uno para ellos, era un completo calvario. En especial porque ya eran las 3: 35 de la mañana.
Estaban en la cama, Shoto se encontraba a su lado con la computadora en el regazo y los ojos achinados por el cansancio y la – no muy sana – luz del aparato que le llegaba a los ojos.
El cachorro dormía plácidamente encima de la cama de sus dueños, en medio de estos, no comprendía porque los humanos se comportaban así, pero no le molestaba en lo absoluto si es que tenían tiempo para alimentarlo y mimarlo.
Él cenizo decidió descansar un poco, por lo que se acercó más al lado del medio albino, al hacerlo no dudó en apoyar su cabeza en el hombro del bicolor, cerrando de a poco sus párpados.
El heterocromatico giró su rostro, viendo como su chico quería quedarse dormido junto a él, pero su cabeza llegaba a resbalar de su hombro, causando que se despertara y cabeceara. Se veía realmente tierno, además de que mañana su kats tendría trabajo en la cafetería que había heredado de su madre.
Sonrió.
Dejó la computadora a su lado izquierdo, acomodándose a sí mismo y al cenizo de mejor manera para así descansar. Quedaron en una posición cómoda, Katsuki abrazado al más alto con su mejilla apoyada en el pecho del susodicho, Todoroki sólo se dispuso a abrazar a su amado y proceder al fin a dormir, después de todo ambos tenían trabajo mañana.
¡Bip! ¡Bip!
Su teléfono y computador emitieron un ruido agudo, despertandolo al instante. Suspiró.
Se movió levemente para alcanzar ambos aparatos, dándose cuenta de que no había apagado ningún dispositivo, era muy distraído.
— ¿Quién mierda es? – preguntó el ojirubí en un murmullo, abriendo enojado y cansado sus ojos.
— es un correo de... Yagi Toshinori. – contestó, abriendo el mensaje.
— ¿Que dice? – cuestionó ahora curioso, sentía un enorme aprecio por ese hombre, pues además de estar ayudándoles, era muy amable y cariñoso con ellos, a pesar de ser familiar del amigo de su esposo, a quién no le agradaba en absoluto.
