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Una luz demasiado brillante atraviesa mis parpados cuando intento abrirlos, no logro ubicarme, huele a húmedad y a césped

-Ya era hora de que despertara señorita- abro los ojos de golpe buscando al dueño de la voz
Fabián está sentado en un mullido sillón frente a mí con un vaso lleno de algún licor en la mano. Al instante mi cuerpo se pone alerta con los últimos recuerdos que tengo

-Me secuestraron- una sonrisa se forma en su rostro

-No lo digas así, solo hice que te trajeran sin que nadie lo notara-

-Si lo van a notar, mi amiga me estaba esperando- se para frente a mi obligándome a alzar el rostro

-Como sea, no te van a encontrar aquí-

-Estoy aquí en contra de mi voluntad, si es secuestro-

-Luego de que les diga lo que les tengo que decir, son libres de marcharse si así lo desean- camina saliendo de la estancia mientras yo lo sigo

- ¿Les? - pregunto entrando en una estancia mucho más grande, tiene ventanales enormes que dejan ver la espesura del bosque

En los sillones están los dos chicos que ganaron la carrera por detrás de mí, no deben tener mucho más de 25 a juzgar por su apariencia los cuales me observan muy sorprendidos

- ¿Ella es La gatita? – pregunta claramente sorprendido y lo entiendo, no me baño desde ayer, traigo un pijama de ositos y no quiero ni imaginar cómo estarán mis ojeras y mis pelos

- Es Elizabeth Lurango, la heredera de la cadena de hoteles- habla el otro chico ··OK puede que por eso también se impresionaran··

-Chicos les pido discreción- Habla Fabián desde uno de los ventanales

-Mi querida Eli ellos son Carlos- el chico rubio y delgado me saluda con la mano –y Ernesto- el otro chico de cabello castaño y cuerpo más fornido me saluda

- Tengo que hablar con cada uno por separado- me indica una puerta que da un pasillo –Las damas primero- volteo los ojos y lo sigo

Detrás de una de las puertas del largo pasillo hay una sala con cámaras, sistemas de alarma y vigilancia, incluso tiene en algunas pantallas vista satelital, así como las entradas y los terrenos próximos a la casa 

-No sé porque, pero creo que esto no es legal- observo las carreteras desoladas que muestran las pantallas

- No vinimos a hablar de eso- hace una señal al señor que vigila las cámaras para que salga

-No sé porque estoy aquí, pero desde ahora le advierto que…- comienzo a hablar, pero hace que me calle poniendo uno de sus dedos en mis labios. Es suave, mi piel se eriza cuando acaricia mi labio inferior antes de retirar la mano, siento como mis pulsaciones aumentan

- Solo voy a mostrarte algo- comienza a teclear entrando en diferentes pestañas. No pregunten cuales porque todavía estoy en plan sonsa hormonal solo con que me tocara los labios

En la pantalla aparecen fotos de Daniel, de mi madre y de sus padres

- Dos de las familias más prestigiosas del país- habla mientras las imágenes cambian, en algunas incluso aparezco yo –Lastima que la mayor parte de sus fortunas sea de todo menos limpia – lo observo sin entender

-Vamos Elizabeth, tienes una memoria fotográfica y un coeficiente intelectual superior a la media, no es tan difícil- me observa esperando una respuesta

- Bueno, ponte cómoda- más imágenes aparecen en la pantalla, pero esta vez salen con personas que no conozco –La familia Lurango, en especial la señora Clara, está involucrada con uno de los mafiosos más importantes, El señor Rosckov- niego con la cabeza, eso no es cierto

Un Simple HolaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora