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Un helicóptero nos transporta hasta un punto en el desierto, no se ve nada en kilómetros cuando logro enfocar el horizonte del lugar donde nos acaban de dejar tirados.

—¿Se supone que a aquí debíamos venir?—

Fabían camina unos pasoso hasta agacharse buscando algo en la tierra árida, una escotilla se abre cuando tira de la compuerta hacia arriba dejando visible un agujero con escaleras pegadas a la pared.

—Bajen y no toquen nada— 
Los chicos son los primeros, luego voy yo y al final baja Fabián, el lugar está obscuro, huele a humedad y a moho y los chillidos de las ratas se escuchan claramente.

Él camina hasta un punto exacto, una luz roja se enciende haciendo un escaneo de retina, se escucha un estruendo y dos puertas se abren dejando un ascensor a la vista. Nadie habla, solo observamos impresionados el interior blanco y con espejos que no se parece en nada a la alcantarilla a la que bajamos. Las puertas se cierran con nosotros dentro, Fabián pone su dedo en el identificador de huella y siento como comenzamos a bajar.

Nos miramos entre nosotros cuando las puertas se abren dejando ver un conglomerado de edificios subterráneos, hay personas corriendo, otras entran y salen de oficinas.

—¿Qué es este lugar?— me apresuro a su lado.

—Todo a su tiempo— continua hasta llegar a unas escaleras, se mueve decidido, como si estuviera en su elemento, las personas que pasan a nuestro lado lo saludan con un saludo militar, lo que me desconcierta más.

Lo seguimos hasta el último piso entrando a una oficina con ventanales de cristal y adornos minimalistas.

—Oficialmente les doy la bienvenida al proyecto llamado, Cuerpo de Élite, estamos en una base secreta de la OMAS u Organización Mundial de Asuntos Secretos, el proyecto especial CE se viene desarrollando hace algún tiempo, la idea es tener un grupo reducido de soldados que cubra las amenazas mundiales que las demás instituciones no pueden cumplir— Nos observa con atención

—Incluyendo misiones en las que podrían perder la vida— la intensidad en sus ojos me confirma que no miente.

No puedo negar que me sorprendió un poco su ultimo comentario, si soy arriesgada, pero ya esto es demasiado.

—¿Qué pasa si uno de nosotros quiere renunciar?— me observa con una sonrisa.

—Tu no estas informada de ello porque eres una inclusión de último momento, pero debes conocer que ninguno de ustedes puede renunciar— mi rostro debe mostrar la confusión que siento ahora mismo

—Te explico, el proyecto, es cierto que reúne a las personas con las mejores habilidades, pero— vuelve a sonreír y ahora me da miedo, ¿y si es un psicópata? —Eso no quiere decir que esas personas estén completamente limpias—

Observo a los chicos junto a mí los que asienten ante la afirmación.

—En una breve conclusión, si renuncias serás involucrada en los negocios ilícitos de tu familia y condenada como tal, y si, no sabías nada, pero llevas toda tu vida usando ese dinero— asiento un poco aturdida sin dejar de mirar el suelo.

—Bueno, yo no tengo ningún entrenamiento— soy la primera de los tres en hablar.

—Ya eso lo sabemos, pero todo eso te será proporcionado aquí, eres de suma importancia para el caso más grande que tenemos ahora mismo y tus dotes serán de gran ayuda. Luego de que termine el caso eres libre de retirarte o continuar en el proyecto— asiento

—Tus compañeros han pasado por varias pruebas ya, la carrera solo era la última para determinar quién llegaría al CE—

—Aquí recibirás lo necesario, ropa y artículos personales asi como clases de todo lo que necesita saber un miembro del proyecto, por la universidad no te preocupes, cursaras a distancia desde aquí— muy formal para mi gusto, acaso nunca se relaja este hombre.

Un Simple HolaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora