-Amor, despacio calmada, me estas pisando por quererte apresurar- dice separandome un poco de el.
-Lo siento, cielo es que tengo dos pies izquierdos- me paro en puntitas y le doy un pequeño beso a Alexander.
-No te preocupes, para eso son estas clases- me dice el volviendome a acercar a el y darme otro beso.
-Haber par de tortolos, algún día sere su momento ahora no, así que concentrense- nos grita Patrick que esta bailando con Mandy.
La clase transcurrio muy bien, al parecer voy por muy buen camino con el tema de mis pies, cada vez falta menos para la boda no puedo creer que hemos estado planeando esto dos meses y en dos mas sera el gran día de Patrick y Mandy.
Alexander es unico, aunque enojado es muy especial, y no por que lo sea conmigo sino que Ariel ya tiene novio y le hizo tremenda escena, pero cada cosa que conozco de el me encanta.
-Abby, ¿Ya te dije que te amo?- me pregunta al llegar a su casa.
-Si, y yo te amo a ti, mas que a mi vida- lo abrazo tan fuerte como si no fuera a verlo mas.
-Tu eres mi vida- me dice apartandome un poco.
Nos fundimos en un beso que me supo a gloria cada beso era especial, ninguno comparado a otro, cada beso que nos damos es unico.
-Tengo hambre- y demasiado solo habia desayunado y ya eran las ocho de la noche.
-Lo mejor fue que compramos comida preparada para no perder mas tiempo cocinando- dijo al entrar a la casa.
-Si, yo la sirvo- me adelanto a la cocina quitandole las bolsas de la mano.
Cenamos casi en silencio, al parecer ambos teniamos cosas en las que pensar, el no lo se en verdad en que, yo en que como tan rapido me había enamorado, en la boda de Mandy, pero sobre todo en Steven, y no por el si no por lo que me había dicho hace algunos días ya que según el Alexander me escondia algo, llevamod juntos casi tres meses y nunca me ha demostrado que me mienta ni nada por el estilo asi que debo dejar pasar eso.
Al terminar de cenar, ambis recogemos la mesa y lavamos los platos.
Estaba acomodando la vajilla cuan Alexander me sorprendio al abrazarme por detrás.
-Me gustas- me dice al oido.
-Pues tu... Me encantas, pero no creo que yo te guste- le digo haciendo puchero.
-Me fascinas, ya te dije que eso que tu dices son tonterias.
-Pero si siempre traigo mi uniforme y estoy toda desaliñada.
-Y así me gustas más, cuando te veo haciendo lo que te gusta - posa una de sus manos en mi mejilla y la acaricia suavemente.
-Te amo tanto, que creo que duele- sin darme cuenta una lágrima cae por mi mejilla y el se apresura a limpiarla.
-A mi me pasa exactamente lo mismo, pero por favor, no llores me mata verte llorar- y me abraza fuertemente.
-Son de felicidad Alexander.
Estar con el me llenaba el alma, no queria separarme jamás de el, cada beso, cada caricia, cada palabra podian hacer algo impresionante en mi, yo siempre pense que nunca dependería de nadie, pero me eqivoque por que si, mi vida, y mi felicidad dependian de el.
-¿Tu no me escondes nada verdad?- me atrevo a preguntarle así sin más.
-¿De qué hablas?- me pregunta algo atonito.
-De que sabes que me puedes contar todo, lo que sea y lo entendere por que sabre que me tienes confianza, así tu creas lo contrario, nada hara que cambie lo que sienro por ti, solo quiero que no haya secretos- le tomo la mano necesito que entienda que este amor puede todo si hay confianza.
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