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Los cuatro se encontraban en la cabaña, Yamaguchi estaba sentado al lado del pelinaranja ya que los otros dos aún parecían tener intención de querer matar al más bajo por alguna razón, así que lo mejor era que se quedara con él, por lo que el pelinegro y Tsukishima estaban sentados frente a ellos.

— Bueno... Este... —El pecoso habló nervioso, había mucha tensión y no sabía si alguien se atrevería a decir algo, el chico sentado a su lado aun parecía nervioso y los otros dos parecían molestos.
— ¿Cómo se llaman? —Se dirigió primero al pelinaranja y luego al chico de ojos azules.

— Kageyama. —Respondió cortante y con los brazos cruzados. 

El castaño lo miró curioso, a decir verdad no creyó que le contestara y luego giró su vista al chico a su lado esperando que contestara.
— Hinata... —No quería ni hablar pero el chico de pecas había sido muy amable con él y era lo mínimo que podía hacer. 

— Bueno.. ¿Por qué-...? —Yamaguchi no pudo terminar la pregunta porque Kageyama se adelantó a hablar.

 — ¿Y ustedes quiénes son? —Preguntó con ese tono de voz tosco que lo caracterizaba pero no porque estuviera molesto o algo, simplemente salió así.

— Él es Yamaguchi y yo Tsukishima, ahora cállate. —Respondió de mala gana, su amigo iba a hablar y lo interrumpió.

— Tsukki... —Respondió entre un suspiro. — Solo quiero saber que estaba pasando. —Se dirigió a todos pues no entendía nada, Tsukishima y Kageyama parecían fulminar con la mirada al pelinaranja y no solo a él, entre ellos mismo.
— ¿Por qué querían atacarte? —Decidió preguntarle mejor a Hinata, después de todo sentía que él era la víctima.

Él más bajo desvió la mirada nervioso mientras fruncía la boca pero al menos tenía la oportunidad de hablar.
— Bueno...

—El imbécil quería entrar a nuestra casa. —Respondió el rubio bastante molesto, nunca antes había visto personas por los alrededores por lo que rápidamente se puso a la defensiva.

— ¡No quería entrar! —Se defendió, ya no estaba nervioso, estaba empezando a ponerse molesto. — Solo quería pedir ayuda.

— Ajá, abriendo la puerta. —Respondió incrédulo y burlón, lo había visto.

— Toqué pero nadie respondió. —Se volvió a defender, al sentirse perdido en el bosque y ver la cabaña su instinto fue pedir ayuda para salir, estaba desesperado.

— Y solo por eso decidiste entrar a un lugar desconocido. 

— Tsukki... —Se dirigió a su amigo para que se detuviera, conociéndolo era capaz de seguir así.
— ¿Para qué querías pedir ayuda? —Preguntó curioso, Akaashi y Bokuto le habían dicho que no eran los únicos en el bosque, tal vez Hinata era una de esas personas que vivía por aquí.

— Ayuda para que no lo mate, ¿para qué más? —Se metió Kageyama a la conversación.

— ¿Por qué lo quieres matar? No me opongo... Solo quiero saber el porqué. —Dijo indiferente el rubio mientras alzaba los hombros.

— Sigo órdenes del rey. 

— Fingí ser un cambiaformas que ayudaría a atrapar a otros con tal de que me dejaran vivir a mi y a mi hermana. —Soltó finalmente con la cabeza cabizbaja.

— ¿Dejarte vivir? ¿A qué te refieres? —Preguntó Yamaguchi curioso.

— Por mi color de cabello llamo mucho la atención. —Explicó, era cierto, su color de cabello no era muy común, incluso podría decir que el de Tsukishima tampoco pero tendría más posibilidad de pasar desapercibido a comparación de él.
— Asumieron que era un cambiaformas o un demonio e iban a matarme a mí y a mi hermana pero hice un trato con el rey, le dije que lo ayudaría a atraparlos... Obviamente no pude hacerlo porque no soy un cambiaformas.

AftermathDonde viven las historias. Descúbrelo ahora