Al despertar al día siguiente, Heejin seguía dormida, abrazado a la cintura de la mayor, estando de lado, sus mejillas se hacían más gorditas y su boca se abría ligeramente, mostrando un poco de aquellos blancos dientes de conejo, se veía tan tranquila e inocente que Hyunjin sonrió, y su mano acarició su esponjoso cabello y sus lindas mejillas.
La rubia soltó un murmuro somnoliento y sus ojitos se abrieron lentamente, parpadeando para enfocar su vista en el rostro de Hyunjin, a pocos centímetros del suyo.
Tan cerca que sus mejillas se encendieron pero sus ojos no pudieron apartarse de los de la Diosa, admirando desde su oscuridad en sus pupilas, hasta las pobladas pestañas que los enmarcaban, y una linda sonrisa.
— E-ehmm... — Heejin balbuceó un intento de hablar pero no pudo, sus mejillas se volvieron muy rojas y tosió para despejar su garganta.
— Es más cómodo dormir contigo sin ese conejo en el medio — dijo Hyunjin, ignorando los nervios de Heejin y sonriendo, sus ojos estaban aún cargados de sueño, haciendo que un pliegue de notara debajo de estos, su cabello despeinado y su sonrisa, la menor pensó que era algo lindo de ver para despertar todos los días.
Heejin no supo qué responder, y solo se ruborizó enormemente, con lentitud se separaron, y Hyunjin probó dejar de tocarla para buscar a sus Humanos entre sus emociones.
—¿Cómo están? — preguntó Heejin, viendo como la mayor llevaba una mano a su pecho, sobre su corazón, y daba ligeros mimos sobre este, su ceño estaba fruncido, y notó que algo iba mal por su expresión, Hyunjin era como un libro abierto.
— Me siento más... Vacía, como si no hubiera tantos, como si muchos se hubieran ido.
Heejin le rompió la tristeza de su voz.
— ¿Qué pasa cuando los humanos mueren? ¿Los sigues sintiendo?
Hyunjin negó.
— Los Humanos son criaturas de la vida, cuando mueren son Almas, y no me pertenecen, ya no soy su Diosa— dijo, sonrió de forma penosa —. Por eso el que me hayan exiliado aquí es una condena, porque ya soy una Diosa que no puede hacer nada.
>> Incluso, cuando ellos llegan a este mundo luego de morir y los consuelo... Yo no siento nada de lo que ellos sienten, pero lo hago porque no pude hacerlo cuando debía.
Heejin no supo qué responder, murmuró un suave "Lo siento", a lo que Hyunjin respondió que no debía porque no era su culpa.
— Vamos a ver a Sooyoung, quizás esté peor que ayer — dijo Hyunjin, levantándose finalmente, tomó la mano de Heejin para salir de la casa, y la pelirroja seguía en el mismo lugar que antes, al verlo salir Geomkki corrió hacia ella.
— No quiso dormir, no durmió nada, se siente mal, no sé qué hacer — dijo el conejito, para que solo Heejin pudiera entenderla, los demás escucharon una serie de chillidos adorables.
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La Tierra de los Dioses Muertos_(2Jin)
Fiksi Penggemar"Heejin, la Diosa de lo Bello, huye del los dominios de la Diosa Creadora, desatando su furia, en búsqueda de su libertad y felicidad, para vivir una vida sin presiones. Va hacia el Inframundo, la tierra de los dioses muertos, dónde conoce a Hyunjin...