El héroe de un señor demonio

Capitulo 9

Notas del autor:

Una vez más, muchas gracias por todo el apoyo que me han brindado.

Ahora bien, este capítulo fue el más difícil que he escrito (el más largo también). Una vez que lo lea, sabrá por qué, así que no lo estropearé, pero aquellos de ustedes que esperan la acción se regocijan. Porque este capítulo lo tiene todo, batalla, misterios revelados, desarrollo del personaje, todo en realidad.

Y la gran noticia es que después de este capítulo, la historia comenzará a funcionar de verdad. Es como empujar una roca cuesta arriba, finalmente llegué a la cima y ahora la trama avanzará a un ritmo rápido a medida que la roca desciende. He pasado todos los capítulos anteriores desarrollando el mundo y los personajes, preparando el escenario y ahora podemos disfrutar de los frutos de mi trabajo de base.

Oh, y recuerda. Sigo siendo un nuevo autor de fan fiction, así que si cometí algún error estúpido que no tenga sentido en alguno de mis capítulos, estoy más que dispuesto a reescribirlo para solucionarlo.

Gracias por leer y espero que disfruten de la historia.

¿Por qué caen los ángeles?

La masa de huevo chisporroteó y estalló cuando la vertí en la sartén caliente. Mientras se cocinaban las tortillas, volví mi atención a otra sartén y con una cuchara de madera removí firmemente el pimiento morrón, la cebolla y los champiñones picados que contenía.

Me sorprendió lo mucho que extrañaba cocinar el desayuno. Solía hacerlo todo el tiempo en casa, pero no tenía tiempo desde que llegué a la ciudad e incluso en el inframundo no podía cocinar tanto como quería. Echo la culpa al personal doméstico de Serafall.

Juro que su jefe de cocina parecía que estaba a punto de sufrir un ataque al corazón cuando me sorprendió cocinando una mañana. Cualquier respeto o deferencia que tuviera por ser un demonio de clase alta se fue por la ventana en el momento en que puse un pie en su cocina.

Naturalmente, ignoré sus repetidos ruegos e intentos de detenerme hasta que un día el pobre se puso a llorar. Creo que escuchar a Serafall mencionar distraídamente que amaba mi cocina más que la de nadie fue la gota que colmó el vaso para él. Resulta que él había estado cocinando para Serafall desde que era una niña. No había nada más incómodo que ver a un demonio de dos metros de alto y quinientos años sollozando como un niño pequeño.

Desde entonces, casi siempre había evitado la cocina. Pero ahora que me mudé a mi propio lugar, eso ya no era un problema. Y como hoy era un fin de semana, decidí preparar un desayuno extra grande como regalo de bienvenida para la mudanza de Gasper.

"Asia", le grité por encima del hombro, "¿puedes por favor preparar la mesa? La comida está casi lista".

"Claro que sí, Shirou. La mesa para cuatro ya viene." Ella respondió alegremente.

Asentí distraídamente mientras revisaba los huevos de nuevo. No estaba seguro de qué tipo de comida le gustaba a Gasper, así que decidí ir a lo seguro y preparar un desayuno occidental, lo más probable es que lo prefiera a uno japonés, ya que se crió en Europa.

No era mi especialidad, pero era un plato relativamente sencillo, así que confiaba en que saldría bien. También me aseguré de cocinar porciones extra grandes en caso de que Gasper comiera mucho, así que había más que suficiente para alimentarlo, Asia y yo... espera un minuto, ¿mesa para cuatro? Solo éramos tres.

Mi espátula se congeló a la mitad de voltear la tortilla mientras me volvía y miraba por encima del hombro a un par de ojos de color ámbar que brillaban con emoción reprimida mientras me devolvían la mirada.