En el desértico futuro los dos jóvenes andaban uno al lado del otro cual pareja enamorada, pero sus verdaderas intenciones eran mantenerse cerca del enemigo. Era una tarde calurosa y la comida comenzaba a escasear del almacén del pelinegro, por eso mismo estaba dispuesto a buscar entre los escombros del supermercado comida enlatada que aún no estuviera corroída por el tiempo.
-¿No quieres que te acompañe? Necesitarás ayuda si no encuentras nada.- Mencionó la castaña como una muestra de amabilidad.
-No parecías tan considerada la primera vez que nos encontramos.- Refutó el chico, evidenciando que estaba lejos de confiar su vida en la morena.
-Fue por protocolo.-Respondió instintivamente _____.- Pero tienes razón, ve a que te coma una rata radioactiva.-Dijo con un ya característico toque burlesco y comenzó a buscar un lugar donde sentarse para esperar a su contrario.
Cinco, por su lado, no parecía exactamente complacido con los comentarios de aquella morena que ahora estaba tranquilamente sentada, a pesar de su constante actitud extrovertida y algunos días de convivencia, aún no terminaba de confiar, ya que después de todo seguía siendo una desconocida.
- Si te vas a quedar aquí, tengo una segunda condición.- Habló firmemente con cierto aire autoritario.
-Ajá.-Con esa monosílaba la chica demostró su desinterés en las palabras del azabache, más estaba a punto de arrepentirse porque una soga volvería a capturar su libre albedrío.
-Estarás atada todo el tiempo.-Y con un destello llegó a donde estaba la castaña y enlazó sus manos con una soga.- Justo así.-Agregó burlón con una sonrisa amplia llena de sarcasmo.
La presión ejercida por la soga alertó de inmediato a la morena, pero una pequeña voz astuta reprimió todo acto de rebeldía contra las órdenes de Cinco para poder observar al sujeto por unos días más.
-Bien.-Respondió con un poco de desgano, sabiendo en el fondo que podía sacar provecho de eso.
Y así se dio comienzo a una nueva dinámica entre el inusual par, ambos creyendo que tenían el completo control sobre el otro. Esto se mantuvo por unas cuantas semanas, la incertidumbre iba de un lugar a otro, haciendo que la confianza no entrara ni de chiste en la relación de ellos dos, más un extraño día el de ojos esmeralda decidió dar el primer paso.
-De nuevo tengo que salir.- Cinco mencionó tomando entre sus manos la soga que usualmente usaba con su compañera, a lo que está, conociendo la rutina, extendió los brazos.
En cuanto la soga rodeó sus muñecas pudo sentir algo distinto, tal vez su anfitrión había sido lo suficientemente generoso como para otorgarle un poco de libertad, sin embargo, cuando forcejeó apenas con un poco de fuerza pudo notar como el nudo se desvanecía al igual que la silueta del azabache. Un sentimiento de plenitud y autonomía invadió sus venas apenas vio la soga caer, y por supuesto que lo primero que hizo fue correr un par de segundos, hasta que un intrusivo pensamiento derribó su repentina huida.
-Cinco no es tan ingenuo como para cometer un error tan estúpido.- Pensó la castaña mirando hacia atrás el pequeño refugio que habían formado para protegerse.- Tal vez...
No finalizó aquella frase, pensando que abandonar a su único soporte en un lugar hostil y desconocido era erróneo, inclusive hasta cruel, así que volvió sobre sus pasos hacia el refugio y buscando entre los pequeños almacenes encontró latas medio llenas de comida.
Parecía haber pasado un largo tiempo cuando Cinco finalmente llegó con la mochila de ____ llena de latas de comida de dudosa procedencia, la dejó en el suelo y levantó la mirada al escuchar una melodiosa voz que le dió la bienvenida.
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Wrong Decisions
Fiksi Penggemar¿Crees en el destino o solo hay cientos de personas trabajando arduamente para que la línea temporal siga su curso natural? Con su experiencia, Cinco piensa que solo los románticos apostarían por la primer opción, más un reencuentro inesperado reviv...