Capitulo 7

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Luther no esperaba una confrontación directa con Diego, más estaba dispuesto a encontrar respuestas por cualquier medio posible. Por su parte, Diego ya había establecido distancia entre su amiga y Número Uno.

-Sabes tan bien como yo que es sospechosa del asesinato de papá.- Luther comentó sin mesura en cuanto sus ojos se centraron en los de la castaña, mientras ella parecía esconderse tímidamente detrás de Diego.

-Eso solo ocurriría en la Luna.- Respondió tajante el contrario al intentar cortar la conversación, tomando la mano de su amiga y dirigiéndose al gimnasio sin esperar una respuesta.

-¿Por qué la defiendes? ¿Acaso eres su cómplice?- Los siguió insistente en que la película que se montaba en la cabeza no era ficción.

Diego se detuvo y en un tono susurrante persuadió a la morena para que entrara en el gimnasio, mientras que él terminaba de perder la compostura y se giraba para poder empujar al rubio que aún se mantenía detrás de él.

-¿Quieres hacer otra escena?- Diego se acercó a él jalandolo de su chaqueta, con sus frentes a punto de chocar, quizás el conflicto no se podría mantener como un concurso de miradas.

-Yo solo quiero resolver esto cuanto antes.

Luther pareció no reaccionar al impulso agresivo de su hermano, sin embargo, el explosivo temperamento de Diego no cedería fácilmente sin antes dar una advertencia.

-Entonces, hazlo sin acosar a mi amiga.- Número Dos se apartó sin dejar de mirar a su hermano y acto seguido se dio la vuelta para retirarse.- ____ y yo saldremos y más te vale no seguirnos.

La morena no se demoró ni un segundo en seguir a su amigo y lo alcanzó con grandes zancadas. Luther, sin captar la advertencia, tomó el camino hacia dentro del edificio, persiguiendo a la pareja de amigos que parecían refugiarse del constante acoso del rubio. Cuando la puerta de la entrada fue abierta con fuerza por Luther, Diego sin pensarlo dos veces dio la vuelta bruscamente para encarar a su hermano.

-Te dije que nos dejaras en paz.

Antes de que Luther pudiese responder, un cuchillo se clavó en la pared justo a unos milímetros de su rostro, Diego lo miró con una expresión que su hermano y la adolescente desconocían hasta el momento; su paciencia se estaba agotando.

-¡Oye!, no ahuyentes a una futura estrella del box.- Gritó el viejo entrenador del gimnasio, evitando que la pelea siguiera.- ¿Cómo te llamas amigo?

-Luther... .-Respondió Número Uno a la vez que se acercaba al mayor, con obvias intenciones de interrogarlo.- Quiero que me responda unas preguntas.- Su voz todavía tenía rastros de enojo pero la moduló ante la probabilidad de que Diego volviera a intervenir en su terquedad.

Diego le dio un pequeño empujón a su amiga, que aún se encontraba un poco conmocionada por lo sucedido y caminó detrás de él, su amigo, por su parte estaba concentrado en ir por su cuchillo para arrancarlo de la pared. Al hacer esto dirigió su mirada al rubio, quien ya lo monitoreaba por la comisura del ojo, sin embargo, su semblante ya estaba más relajado y se podía leer cierta culpa en su expresión; el castaño simplemente lo ignoró y tomó del brazo a su amiga para salir finalmente del ring.

Ambos abordaron el auto del moreno y arrancaron hacia una localización desconocida para ______. Diego la miró con un porte serio y con una voz grave rompió el silencio.

-¿Cómo dejaste que te siguiera?

La castaña sintió un ligero escalofrío y Diego no parecía ceder con la pregunta, a su vez que el camino comenzaba a hacerse cada vez más familiar, captando la atención de la copiloto. La sensación de nerviosismo parecía comenzar a agobiar a la chica, los fragmentos de la noche pasada comenzaban a juntarse con el presente, su realidad otra vez se estaba disolviendo en su ácido estomacal y sus piernas impacientes ya buscaban la salida.

Wrong DecisionsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora