A medida que pasaba el tiempo, Heejin hundía más sus manos en el cabello de Hyunjin. Ignoró a todos los que entraban y salían de los baños, toda su atención se encontraba en la chica que tenía enfrente. Inconscientemente, Heejin mordió el labio inferior de Hyunjin.
"Bueno, mierda, creo que debemos parar", dijo Hyunjin."¿Qu ... por qué?" Preguntó Heejin sin aliento.
"Hiciste sangrar mi labio y bueno, estamos en un baño público", dijo Hyunjin mientras caminaba hacia el lavamanos.
"Está bien," murmuró Heejin.
"Además, ya entraron como cuatro personas", dijo Hyunjin, limpiando la sangre. "Cuando estábamos, ya sabes".
Inmediatamente, la emoción provocada por el beso se desvaneció. Heejin se deslizó hasta el suelo con las manos cubriendo su boca.
"Oh, Dios mío", dijo Heejin. "No quise-"
"Sí, si quisiste," interrumpió Hyunjin.Agachándose hasta el nivel de Heejin, Hyunjin levantó la barbilla de la castaña usando solo un dedo.
"No se lo diré a nadie si quieres", susurró Hyunjin.
Una avalancha de pensamientos se apoderó de Heejin. Ella no supo que responder. La idea de engañar a Jiwoo nunca pasó por su mente en todo el tiempo que estuvieron juntas. No importa cuánto quisiera arrepentirse de sus acciones, en el fondo, no sentía remordimientos.
"La he cagado", dijo Heejin, trayendo una sonrisa al rostro de Hyunjin.
"Vamos", dijo Hyunjin mientras Heejin se ponía de pie.
Las dos se sentaron en silencio en el autobús, un par de auriculares las unían. Heejin se quedó mirando mientras las gotas de lluvia golpeaban la ventana. A su lado, Hyunjin apoyó la cabeza en el hombro de la contraria, moviendo lentamente su mano hacia la de Heejin.
"Quédate conmigo", dijo Hyunjin mientras se acercaban a su parada.
"Tienes manos grandes", dijo Heejin mientras comparaba sus manos.
"Heejin", dijo Hyunjin.
"No puedo", respondió Heejin. "Incluso si quisiera quedarme, ¿qué le diría a Jiwoo?"
"Bien", dijo Hyunjin mientras se levantaba. "Me tengo que bajar aquí".
Heejin observó mientras Hyunjin caminaba por las filas de los asientos hasta la salida. Sabía que seguirla solo agregaría más problemas. Su cabeza y cuerpo le decían que se quedara, que no la siguiera, pero su instinto estaba sacando lo peor de ella.Cuando las puertas comenzaron a cerrarse, Heejin se apresuró y logró salir en el último segundo. Corriendo por la vereda, se agarró con fuerza de la camisa de Hyunjin.
"No-no sé qué está mal conmigo", dijo Heejin, frotándose la nuca."Vamos, va a empezar a llover más fuerte", dijo Hyunjin mientras cubría a Heejin con su paraguas.
Al entrar, Heejin miró con total asombro el amplio apartamento. Una por una, las luces se encendieron y revelaron la habitación bellamente decorada que iba desde la sala de estar hasta la cocina.
"La sala es toda tuya, haz lo que quieras, yo me voy a duchar primero", dijo Hyunjin mientras entraba a su habitación.Sentada en el sofá en forma de "L", Heejin encendió la televisión y comenzó a cambiar de canales. Pasó casi un minuto antes de que Heejin se detuviera en una película en particular.
"Eh, qué raro", dijo Heejin, mirando la película que no era otra más que "Titantic".
Agarrando la bolsa de papas fritas que quedó en la mesa, Heejin se envolvió en las muchas mantas y comenzó a mirar cómodamente la película. Nada era nuevo para ella, sabía exactamente lo que pasaría en cada escena.