Estaba atardeciendo y Fenris estaba en las almenas de la Torre, observando el paisaje. Ya no tenía que controlar a los lobos para impedir que atacasen la escuela de magia, pero por costumbre, seguía acudiendo allí algunas veces.
Entonces percibió la presencia de Salamandra tras él.
-Hola.- murmuró la chica situándose junto a él.
-Hola.
Ella lo miró y al ver su semblante preocupado dijo:
-No te preocupes por Dana, estoy segura de que se pondrá bien. Ella es fuerte.
-Lo sé, pero parece tan frágil, y los hechizos no logran despertarla.
-Ya encontraremos la manera.
Un pesado silencio cayó entre los dos. Mientras el sol se escondía entre las montañas, Fenris observó a la chica de reojo. Los últimos rayos del sol iluminaban su rostro, que tenía una expresión pensativa. Su característica melena de cabello rojo como el fuego le caía en cascada por la espalda. La muchacha había cumplido los veinte años y ya no era la chiquilla rebelde y esmirriada que era cuando llegó a la Torre, siete años atrás. A Fenris todavía le sorprendía la rapidez con la que sucedía la vida de los humanos. Para él, aquellos siete años han sido poco más que un parpadeo, mientras que para Salamandra había supuesto su transición de niña a joven mujer.
Entonces ella se volvió hacia él. Sus ojos, ambarinos y castaños, se encontraron. Salamandra se acercó unos pasos. El elfo miró sus labios, con el deseo repentino de besarlos. No se preguntó el por qué de aquel repentino anhelo. Solo sabía que eso era lo que deseaba.
Se acercó un poco más a ella y sus bocas se fundieron en un suave beso. La joven le echó los brazos al cuello y él no se alejó. Al diablo se habían ido todas sus buenas razones para alejarse de ella. Se habían derretido bajo su ardiente mirada. Ni siquiera se acordó de Gaya, su compañera. Todo excepto Salamandra había desaparecido.
La chica se alejó unos centímetros y él volvió a besarla, con urgencia, como si lo único que existiera en este mundo fueran sus labios...
Fenris se despertó sobresaltado al oír como alguien tocaba la puerta de la habitación. ¿Qué había sido aquello? ¿Un sueño?
-Fenris, ¿estás despierto? - la voz de Jonás sonaba algo preocupada.-¿Fenris?
Por fin, el elfo reaccionó
-Si, Jonás, ¿Qué ocurre?
-Es solo que ya es tarde. Perdona si te desperté, solo quería ver si estabas bien, como siempre eres tan puntual en todo... Además Salamandra y yo necesitamos tu ayuda, queremos intentar un hechizo para despertar a Dana.
-Supongo que me quedé dormido. Ya voy, solo dame un momento.
-Vale, te esperamos en la habitación de Dana.
Los pasos del chico se alejaron por el pasillo. Fenris se incorporó en la cama. Se sintió extraño. Y aquel sueño, se había sentido tan real ... Sacudió la cabeza. Debían de ser imaginaciones suyas. Se puso la túnica roja que lo indicaba como mago y se preparó para iniciar el día.
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¡Gracias por leer! :) Esta es la primera vez que escribo un fanfic, así que díganme si algo no encaja, acepto críticas constructivas. Espero que les haya gustado y que se animen a comentar que les pareció <3
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Crónicas de la Torre 4: La artista de los sueños
FanfictionLuego de cerrar la puerta al mundo de los espíritus, Dana cayó en coma y sus amigos no han podido despertarla. Poco a poco tratan de continuar con sus vidas en la Torre, cuando empiezan a tener extraños sueños que no son capaces de evitar o controla...