XLVI. El destino es raro

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Fernanda

-¡Vamos Valentina! Se hace tarde – grité desde el living – mamá ¿por qué Valentina tarda tanto? – mi madre subió los hombros –
- Ni idea hija pero cálmate – asentí lentamente, pero sin duda no tenía calma –
- ¿Dónde está mi celular? – pregunté acordándome de el –

No sé que estaba pasando pero desde ayer todo es raro, conseguí mi celular, pero Valentina nada que bajaba, intenté prenderlo pero nada, se me olvidó cargarlo, cuando bajó Valentina, se veía pálida, le pregunté “¿si estaba bien?” a lo cual me dijo que “si". Y no le creí.

-¡Nos vemos otro día papá y mamá! – dije feliz de volver a verlos y abrazarlos –
- Vengan más seguido – dijo mi madre abrazándonos a las dos –
- Sí por favor, y Valentina gracias por perdonarnos – dijo papá emocionado –

Nos terminamos de despedir y nos montamos en el coche, no prendimos la radio, ni nada, ambas íbamos pérdidas en nuestros pensamientos, algo me tenía inquieta y no sabía que era, mientras más íbamos camino a la ciudad, más sentía mi corazón latir tan fuerte como para explotar mis tímpanos al paso que iba.


Cinco horas más tarde llegamos al edificio de Valentina, me despedí de mi hermana, me subí a mi coche y fui camino a casa, no olvido las palabras de Valentina cuando me despedí de ella.

Flashback

-Hermana cuenta conmigo siempre, para lo que necesites – dijo Valentina agarrando mis mejillas –
- Gracias hermanita, no entiendo nada pero gracias – tragué saliva y me subí al coche –

Final flashback

Llegué a casa y me bajé del coche, agarré mi cartera y cerré el coche, respiré hondo y caminé hasta la casa, me es extraño verla toda apagada, al entrar todo estaba en silencio, me parece tan extraño, vi la hora y eran las 7:30 de la tarde, raro.

-¡Adrián! – grité - ¿Sara? – volví a gritar y nadie respondía - ¿Josh? ¿Alguien? – repetí y la luz de la cocina se prendió –

Caminé hasta la cocina lentamente, por algún motivo tenía mucho miedo, cuando llegué estaba Josh con botellas alrededor y pude deducir que ha estado tomando muchísimo.

-¿Qué sucede? – pregunté titubeante –
- ¿Qué sucede? – susurró mirando a la nada y suspiró –
- ¿Josh? – pregunté confundida y su mirada recayó en mí –
- Estás hermosa – respondió sonriendo y me crucé de brazos –
- ¿Qué te sucede Josh? – su mirada se volvió a perder y yo me acerqué a él pero él se alejó de golpe –

El silencio de Josh me estaba aturdiendo, más que eso, desesperando, cuando lo vi a los ojos y una lágrima recorrió su mejilla, no entendía nada pero sentía que mi corazón se partía en mil pedazos.

-¿Desde cuándo? – preguntó con la voz entrecortada y yo no entendía –
- ¿Desde cuándo qué? – pregunté confundida –
- ¿Tú y Carlota? – me quedé congelada y posiblemente la sangre se me desapareció –
- ¿De… - no me salía las palabras y supongo que Josh se dio cuenta –
- ¡Maldita sea Fernanda! – Gritó y me dio mucho miedo pero no podía moverme, sentía las lágrimas apunto de salir y cerré los ojos fuertemente – ¡YO TE AMO! – me gritaba y yo no tenía cara para verlo a los ojos hasta que lo oí sollozar y alcé la mirada –
- Josh, yo no sé cómo pasó, ni cuando pasó – dije con la voz entrecortada y con lágrimas en puertas –
- Fernanda, tú eres mi vida – cayó desplomado en el taburete de la barra y yo suspiré pesadamente –
- Josh, yo también te amé desde que fuimos novios, gracias por nuestros hijos, es lo mejor que he tenido en mi vida, son lo mejor de mi vida – dije con la poca voz que me salía –
- Pero ella es a quién amas ahora – susurró mirando a algún punto de la nada –
- ¿Cómo te enteraste? – me miró y se reía irónico –
- Carlota tuvo la valentía, que a mi esposa le faltó en tantos meses – alzó la mirada y nuestros ojos se conectaron – ¿en serio fueron meses? – me preguntó por último y suspiré –
- Sí, han sido por meses – respondí cabizbaja – Lo siento tanto Josh, por no decirte, por no tener la valentía, por temer a perderlos – Josh se levantó como pudo y se acercó a mí para darme un beso en la frente –
- Como se lo dije a ella, te lo digo a ti, en otro momento sí, las hubiese matado a ambas pero no soy así – susurró – si quieres me voy de casa – negué y él sonreía –
- Lo mejor es que me vaya yo, no es justo que dejes esta casa cuando tú no hiciste nada – dije agarrando sus mejillas y luego abrazarlo –
- Mejor ninguno se vaya por ahora, los chicos se lo tomarán muy raro y querrán explicaciones – me reí y acepté –
- Ahora ve a dormir que estás horrible – le susurré y aceptó dándome un abrazo – gracias Josh eres un hombre maravilloso – susurré en su oído y se alejó para darme un beso en la frente –
- Tú nunca olvides que eres la mejor de todas – me dijo pausadamente y suspiré –

Lo vi marchar y me senté en la barra, o bueno me desplome en el taburete, saber que Josh sabía todo y que nunca tuve la valentía de contarle la verdad, y no sólo eso, que fue ella quién se lo confesó me hace sentir la peor de todas las mujeres, Josh es perfecto y ahora lo perdí por imbécil, pero ¿cómo me culpo? Si todo se me salió de las manos, de una llamada de atención, a gustarnos y ahora estoy locamente enamorada de mi comadre, mi amiga, la esposa del mejor amigo de mi marido y ahora mi marido sabe toda la verdad, me levanté y fui por una botella de vino y una copa, me senté de nuevo y me serví la primera copa, la olfatee y la probé para luego llorar como nunca antes lloré.

Vi llegar a los chicos y me saludaron, pero al darse cuenta que bebía decidieron subir sin pedir explicaciones. Estaba hundida en mi soledad cuando la puerta sonó y me levanté tambaleándome, para ir a abrir, cuando abrí mis labios se fruncieron creando un pequeño puchero y me lancé a sus brazos.

-¿Qué sucede mi niña? – me preguntó acariciando mi espalda y empecé a llorar otra vez –
- Josh sabe toda la verdad – susurré y la oí suspirar –
- Me imaginé que te lo diría – me separé de golpe y la miré sorprendida – no me mires así, Carlota anoche me envió un mensaje avisando que le contó la verdad, por eso no quería que volviésemos, sabía que sufrirías – la volví a abrazar y entramos a casa, caminamos hasta el living  y mientras Val se sentó en el sofá yo me acosté dejando mi cabeza en sus piernas –
- Jamás pensé pasar por todo esto, yo amaba a Josh y ahora todo se fue al demonio, no sé cuándo sucedió todo esto, cuando mi corazón empezó a latir por ella, admito que siempre me ha puesto nerviosa pero no podía unir eso con amor – cerré los ojos fuertemente y Val acariciaba mi cabello –
- A veces el destino es raro, nos enseña el camino pero no queremos verlo, no hasta que tenemos frente a nosotros todo lo que nos quería dar – susurró pausadamente y asentí –
- Quizás tengas razón, pero no es motivo para ver sufrir al mejor hombre de todos – susurré y Val me pedía dormir –

No sé cómo seguir adelante, ahora que Josh sabe la verdad, que Carlota habló, que no hemos hablado y no puedo odiarla ella hizo algo que yo no hubiese hecho, tengo tanto por pensar y a la vez tengo las manos vacías, mi hija ¿que pensará? Y sus hijos, por Dios Emiliano sí nos mataría. Me dejé llevar por mis pensamientos y por el sueño que me dio con los cariños de Val, y me quedé profundamente dormida.

Traición Donde viven las historias. Descúbrelo ahora