"𝙇𝙞𝙣𝙙𝙖𝙨 𝙋𝙞𝙚𝙧𝙣𝙖𝙨 𝙢𝙞𝙣𝙞𝙚" ˢᵉᵘⁿᵍᴮⁱⁿ

45🌙

Un repentino movimiento hizo que el híbrido abriera sus párpados con torpeza, el cuerpo a su lado parecía inquieto.

Miró hacia el pelinegro durmiendo junto a él, su ceño fruncido y sus manitas empuñadas contra la colcha en sus manos.

Se acercó a él, sintiendo el calor corporal que emanaba naturalmente, era tan cómodo estar contra él, recostado sobre su pecho, sintiendo su suave respiración y los latidos callados de su corazón, que siempre le traerían tanta paz.

Cuanto había extrañado estar de ésta manera junto a ChangBin.

No es como si no hubieran dormido juntos antes, sin embargo sólo a ser a modo de 'pijamada' y SeungMin siempre terminaba durmiendo sobre otro colchón, nunca se atrevía (al menos en su forma humana) a dormir junto a él.

Había pasado tanto tiempo desde la última vez que pudo ver su rostro tan de cerca dormir plácidamente.

SeungMin acercó una de sus pompositas patas al rostro del mayor, notando como sus expresiones se calmaban al igual que el agarre sobre la colcha.

-M-Minnie...- murmuró entre sueños el pelinegro, sorprendiendo al menor.

El felino suspiró, mirando a los labios de ChangBin, recordando aquél torpe beso que compartieron.

¿Podrías amarme como te amo a tí?

SeungMin cerró sus ojitos con fuerza sintiendo como algo dentro de sí se apretujaba con fuerza.

Respiró intentando aliviarse, posando su vista sobre el reloj.

04:00 am.

No podría dormir de nuevo.

Se estiró sobre la cama, mirando una última vez a la serena expresión sobre él rostro de ChangBin, y se tiró hacia el suelo, cayendo sobre sus cuatro patas.

Caminó hasta la puerta, pasando por la pequeña abertura que no había utilizado en un tiempo.

Rayos, ¿Cuánto había crecido para que su torso se atorara en ésta?

Un vez salió de la habitación del mayor (No sin conseguir probablemente un pequeño rasguño en el costado por la dichosa puerta para gatos) miró hacia los alrededores, decidiendose por pasar un rato en la terraza, hasta que los demás despertaran.

Se sentó sobre una de las sillas mesedoras que ahí se encontraban, mirando a las tantas estrellas que adornaban el cielo, prontamente todos los momentos vividos hasta ahora parecían iluminar como flashes sobre su mente.

Él jugando junto a sus hermanos, su madre limpiando sus orejas, su padre intentando enseñarles a cazar.

JeongIn todo lleno de tierra y plantas llevándole mariposas tiesas como regalo.

Yugyeom molestándolo por cosas bobas.

Quién diría que ahora necesitaría de escucharlo decir tonterías

Una pequeña lágrima se posó sobre su ojo, siempre intento bloquear sus recuerdos, pensando que así dolería menos su ausencia.

Pero no podía evitarlo, la herida dolía tanto... como si tan sólo hubiese sido ayer.

Recordaba el último cumpleaños de los mellizos... días antes de que sus padres... Se  fueran.

Perder a sus hermanos, sentir que estaba solo y que nada valía la pena, incluso siendo tan pequeño, todos los recuerdos tan vivos como él.

Pero también podía recordar ser pisado por un torpe, brusco e inepto humano.

Cuánto le agradecía a San el haberle pisado.