Capitulo 5
Andamos unos minutos hasta que estuvimos en frente de un hotel, muy lujoso la verdad, entramos, pasamos rápidamente la recepción, no me dio tiempo de ver cómo era pero tampoco es que me importase mucho, subimos en el ascensor, hasta la última planta, un ático, "Uoh, te has topado con una chica rica, ¡lánzate!" No me voy a acostar con ella, eso tenlo claro. Llegamos y nos dirigimos a lo que era al salón, todavía cogidas de la mano, me soltó la mano y me sentó en el sofá.
—Espera aquí y ni se te ocurra moverte.—Dijo, señalándome con el dedo, yo levanté las dos manos, como diciéndole que no me movería de aquí, ella se dirigió a alguna habitación, no se a cuál, miraba a mi alrededor, un sitio muy cómodo, con sus grandes ventanales, que se podía ver la luna asomada tímidamente entre las pocas nubes que se encontraban en el cielo, repleto de estrellas, también había una gran tele de plasma colgado en la pared, el sofá donde yo estaba sentada era de cuero, muy cómodo la verdad, también había unas estanterías, me levanté para ver que contenían, libros de medicina, de derecho... Vaya, una chica inteligente, también había libros de suspense, misterio, terror... Tenía una gran pila de libros de Arthur Conan, Agatha Christine, Robert William... Y mucho más de grandes escritores de misterio y terror, tenía un buen gusto.
—¿Te gusta alguno?—Dijo, detrás de mí, me giré rápidamente hacia ella, me había asustado. Ella sonreía porque sabía que me había asustado, bufé y me dirigí hacia el sofá, me senté y me crucé de brazos. Ella venía hacia donde yo, riéndose, se puso delante de mí, saco un pedazo de algodón con alcohol y cogió con su mano libre mi barbilla, girando mi cabeza hacia un lado, empezó a restregarlo, suavemente por mi labio, escocia pero aguanté el dolor. Cuando terminó, guardó las cosas y lo dejó a un lado, ella me miraba. Estaba nerviosa, por primera vez una chica me ponía nerviosa.
—Bueno, gracias por todo, pero... Me tengo que ir.—Dije, forzando una sonrisa de agradecimiento, estaba muy nerviosa, y no se el por qué, "Alexandra está enamorada, Alexandra está enamorada" canturreó mi subconsciente, me frustra tu niñez, te lo digo desde mi corazón.
—Si quieres que te acompañe a tu casa...—Dijo, mirando hacia el suelo, sonrojada, verla así hizo que sonriera de oreja a oreja, pero... ¡¿Qué hago?!
—No hace falta, tengo mi moto en el bar, a si que llegaré muy pronto a casa pero de todas maneras gracias.—Dije, ella me miró y esa sonrisa que podría iluminar un lugar completamente oscuro, hasta podía hacer latir más rápido mi corazón.
—Insisto, déjame que te acompañe.—Dijo, poniendo cara de cachorro abandonado, suspiré y asentí, ella rápidamente estaba a mi lado, cogiéndome otra vez de la mano y saliendo de aquel ático, esta sensación de calidez... Podría acostumbrarme, era tranquilizador, bajamos del ático a la recepción, en silencio, pero no un silencio incómodo, era un silencio apaciguador, cómodo, cálido, las puertas se abrieron y salimos de allí, nos encaminamos hacia el bar, en un paso lento, disfrutando de la compañía de ambas, no me había dado cuenta pero ya estábamos delante de mi moto, me solté de su mano y me di la vuelta para despedirme de ella.
—Bueno, otra vez, muchas gracias, nos volveremos a ver.—Dije, sonriendo de lado, ella se sonrojó y... No me di cuenta pero, aquella chica de ojos verdes me estaba besando, no correspondí pero, cuando ya reaccioné, le seguí el beso, era un beso lento, disfrutando de ese dulce sabor que sabia esos labios finos que tanto había deseado esta noche, estuvimos besándonos hasta que no pudimos más, ella se separó de mí, lentamente, jadeando por la falta de aire, yo estaba igual que ella, la chica de ojos verdes me miró directamente a los ojos, la luz de la luna le daba en su delicado y pálido rostro.
—Encantada de conocerte, Alejandra, nos vemos.—Dijo, yéndose y dejándome ahí, boquiabierta, ¿cómo pudo saber mi nombre? Cogí mi casco, me lo puse rápidamente y arranqué, fui hacia donde se encontraba aquella chica misteriosa.
—¿Quiere que lleve a la señorita misteriosa?—Le pregunté, ella se paró, me miró divertida y le tendí otro casco, ella se puso el casco y se subió a la moto, agarrándose de mi cintura.- Sujetese bien, vaya a ser que se caiga.—Dije, con voz burlona, ella se rió de forma sarcástica y sin dejarle hablar, aceleré todo lo rápido que pude, ella se agarró con más fuerza, gritó algo que no entendí pero, era divertido verla asustada, unas de las mejores caras que puedo ver y puede que esta noche sea la mejor que he pasado en mi vida y seguramente que esta chica esté en algún lugar muy especial de mi corazón, por una parte temo pero por otra, quiero que ese día llegue.
ESTÁS LEYENDO
¿Un amor posible?
RomanceSinopsis Alejandra Pierce, una estudiante de psicología en la universidad de Barcelona, también conocida por su personalidad un poco... distante, fría. Es la campeona del campeonato más importante de boxeo, ella es normal, tiene sus pocos amigos, pe...