Capitulo 6

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Capitulo 6

            Al día siguiente...

Me encontraba tumbada en mi cama, mirando el precioso techo blanco con telarañas en las esquina, síc da asco pero ya lo limpiaré, miré el reloj, marcaban las cinco de la madrugada, no pude dormir en toda la maldita noche, solo podía pensar en la noche anterior, mejor dicho hace unas horas ya que nos recogimos algo tarde del bar pero bueno, a lo más importante, todavía recuerdo sus labios acariciando los míos con ese dulce sabor a... "Saliva, ¿tal vez?" ¿Y tú no sabes hacer otra cosa que no sea interrumpir mis pensamientos constantemente? "No, estoy diseñada para eso, para joder tus maravillosos pensamientos y sacarle la parte mala" ¿Y qué parte mala tiene en pensar un beso? "Que te estás enamorando Alex, tú, ¿enamorada? ¡Imposible! ¿Esto es un sueño?  Tranquila fiera, no me estoy enamorando de... de... ella, solté un suspiro sonoro y sonreí como idiota al recordar lo que había pasado horas antes.

Flashback

            —Bueno, ya hemos llegado, de nuevo. — dije, bajándome de la moto y ayudando a la mujer sin nombre bajar de la moto, cuando ella pisó el asfalto, se tropezó con su propio pie y cayó sobre mi pecho, la cogí para que ambas no cayéramos al suelo y conseguí el cometido, cuando miré a ver si estaba bien, nuestros labios estaban casi juntos, gracias a la diferencia de altura que había en ambas no nos besamos pero, ella no se apartaba y mi cuerpo no hacia ningún gesto para apartarla y sin previo aviso, como había pasado antes en el bar, me besó, pero esta fue más corto y más casto que el anterior, ella me miraba con sus orbes verdes iluminados por la luz de una de las farolas de la calle, se veía preciosa y, sin pensármelo dos veces, la besé pero ahora con más intensidad, ella estaba tensa, cogí con ambas manos sus mejillas, acariciando con los pulgares, para que se relajara y lo conseguí, me correspondió el beso, entrelazo sus brazos alrededor de mi cuello y mis manos bajaron a su cintura, para profundizar el beso, todo mi alrededor desapareció, solo concentrándome en aquel beso que tanto había ansiado después del primer que me dio, podía escuchar el latido de mi corazón, y nunca he sentido esto al besar a una mujer. Nos separamos por la falta de aire, ella intentaba recuperar el aire, con dificultad, igual que yo, nos miramos mientras intentábamos recuperar algo de aire para nuestros pulmones.

            —Creo... creo que se está haciendo algo tarde— dije, algo nerviosa—Mañana te-tengo que ir a clases y no me qui-quiero quedar dormida—. Estúpida, no tartamudees en estos momentos, ella se rió por mi momento de tartamudeo, ella se acercó a mí, peligrosamente.

            —Así me gusta, que salga con buenas estudiantes como tú, hablábamos mañana, chica buena—. Dijo, depositando un beso en la comisura de mis labios, me guiñó un ojo y despareció por esa puerta de cristal, ¿qué acaba de pasar? ¿Y cómo voy a hablar con ella si no tengo su número? Empezó a vibrar mi móvil, una llamada de un número desconocido, descolgué y me acerqué el móvil al oído.

            — ¿Me echas tanto de menos que no te quieres ir de la entrada de mi casa?— dijo la persona que estaba en la otra línea, miré hacia arriba y vi a la pequeña muchacha asomada por la terraza.

            — ¿Me estás echando?— dije en tono burlón, escuché como se reía, esa risa debería estar prohibida, podría derribar hasta la gran muralla China, pero... ¿qué piensas Alex?

            —Yo la invitaría a subir pero... mañana tiene clases señorita Alejandra así que, ya está moviendo ese trasero bien formado que tienes e irte a tu casa

            —Vaya, así que disfrutó de las vistas hoy, ¿no, señorita...?

            —Anderson, llámame señorita Anderson.

¿Un amor posible?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora