Quisiera desaperecer de la faz de la Tierra, aunque sé que es imposible. No sé porque siempre huyo cuando ni si quiera tengo motivos sensatos para hacerlo.
Tenía el pié vendado, fui a un doctor particular después de mi caída ya que no paraba de dolerme, no fue nada grave en realidad solo necesitaba un poco de reposo para que se pusiera como nuevo. Aún así no falte a la escuela, era época de exámenes y no quería perderme repasos en el salón. No soy buena en la escuela pero aún así me esfuerzo por estudiar y comprender mejor los temas.
Desde mi caída los chicos no paraban de preguntar lo que me sucedió, y kageyama me traía algún jugo o golosina para consentirme, mientras Tsukishima me había estado evitando ya que lo observaba de vez en cuando porque realmente me importaba y lo que recibía de él era solo una mirada. No sabía el motivo por el cual me había dejado de hablar, recuerdo que en la enfermería se veía un poco extraño, parecía que quedar decirme algo, ¿debería hablarle de eso?
-este me lo dió el profesor ukai en su tienda, dijo que te deseaba una pronta recuperación- me da un jugo de uva kegayema
-gracias- lo tomo y le doy un sorbo.
Kageyama y yo estamos sentados en mi banco al lado de la ventana, el me mira y yo observaba desde lo lejos el patio, que por alguna razón estaba aquel rubio alto con un mp4 eligiendo una canción.
-¿te gusta ese idiota verdad?- bufa
No digo nada, porque en el fondo Tsukishima me confunde, yo me siento protegida con el y el me hace sentir como si fuera especial.
Kegeyama no dice nada, con solo ver mi reacción el se levantó y me miró.
-¿me puedes hacer un favor?- asiento- quiero que cuando todos se vayan del gimnasio me esperes a fuera-
No tenia ni la más remota idea del porque quería que hiciera eso, supuse que me acompañaría a mi casa, aunque si fuese así sería un repentino cambio de tema.
Se levanta del asiento-me tengo que ir, te veo en el entrenamiento- se va dejando mi salón de clases.
Me sentí extrañada porque fue muy frío al irse, quizás estaba un poco enojado por mi reacción al hablar de Tsuki. De verdad quisiera borrar estos sentimientos tan confusos, quisiera escapar... Pero recuerdo que como la cobarde que soy en algún momento lo haré, y que tarde que temprano me convertiría en prófuga de mi destino.
. . .
-después de recoger y limpiar váyanse a casa- exclama en entrenador Ukai- ¿entendieron? a C A S A- observa a Kageyama y a Hinata que días anteriores se quedaron entrenando sin parar.
Los que ya habían terminado su parte recogieron sus cosas y se fueron a casa. Mientras tanto sólo quedábamos Hinata, Kageyama y Tsukishima.
-fiuu- dice hinata secando su frente por el cansancio-ya terminé por fin, parece que tu también T/N, ¿te acompaño a casa?
Sin pensarlo accedí a la propuesta de Hinata y nos despedimos, pero Kageyama me dió una mirada que no comprendía cosa que ignoré.
Hinata me contaba lo increíble que había mejorado con Kageyama los pases y que estaban listo para el próximo partido. Mencionar su nombre me bastó para recordar lo que me dijo en el descanso Kageyama.
-¡diablos! he olvidado algo Hinata, lo siento.
-no te preocupes, te acompañó-me sonrió aquel chico empatico.
-no no no, de verdad vete a casa tu hermana te espera.
-tienes razón, bueno cuidate mucho.
Me despedí de él y tan pronto como pude corrí. El viento caí en mi piel como hielo, ya que el inmenso frío de invierno daba ese efecto de convertir todo aquello en nieve. Giré a la escuela y cuando llegué a la puerta vi a kageyama recogiendo sus cosas, iba a entrar pero el noto mi presencia y solo negó con la cabeza que no lo hiciera. Después de eso comenzó a hablar.
-¿te gusta T/N?-
-¿eso te incumbe?- responde con repudio Tsuki.
¿Acaso era que quería que presenciara esa conversación? No sabía si era correcto quedarme aquí. Aunque la gente sabe que si no se siente como si estuvieras cerca de los límites de lo moralmente correcto, tal vez no sea del todo bueno.
-solo admitelo, te ahorrarías mucho si lo dices ahora-
-¿ahorrarme que? ¿Tu estúpido egocentrismo?
-admitelo, estas muriendo de celos porque T/N me presta más atención a mí que a ti, admite que estas enamorado de ella desde que entró a la escuela, y admite que desde el principio buscabas unas excusa para acercarte a ella aunque eso implicara romper tus lentes.
- cállate maldito estúpido rey de la cancha, y si es verdad ¿qué? Debes estar feliz de tener a la persona más considerada y pura de este lugar. Y aunque ella te quiera y te hable yo soy el único que la puede amar y proteger más que nadie, y para eso no necesito una estúpida etiqueta, ni mucho menos necesito que me preste atención, porque lo mio si es real y por eso te jode tanto no poder amarla como yo lo hago.
Fue aquella confesión que comenzó con todo. Abrió las puertas de la oportunidad de tener un lazo con alguien. Pero también empezó la incertidumbre de mi ser, al ser la persona menos apta para enfrentar las situaciones.
Tsukishima dejó de lado esa persona que todos conocemos, la que esconde lo que siente. Y se convirtió en ese instante en la persona que más representaba aquel sentimiento tan subjetivo.
Esa noche era de la luna, ya que en ese mismo lugar se encontraron las palabras exactas para convencer a dos almas de lo puro que pueden ser las emociones humanas...
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Una disculpa por ser tan lenta en actualizar, pero tengo tantos trabajos y poco tiempo libre :(
Psdt: no tengo derechos de la imagen, créditos a Kai101.
