Los Hombres-Lo que sea

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La mañana había empezado demasiado fría para el gusto de Stan. Ciertamente con el pasar de los años, cada vez era más propenso a preferir el calor sobre el frío. Claro que sin que estos sobre pasen los 35°. No obstante, si algo le había enseñado el tener que dormir por mucho tiempo en su juventud dentro de su auto era apreciar el tener un techo donde dormir.

No eran muchas, las cosas que a Stanley realmente le agradecen de Gravity Falls. Una de esas cosas era su clima. Pese a estar en verano, al estar rodeado de tanto bosque, ayudaba a refrescar el clima, fuese la temporada que fuese.

Sin embargo, Stan realmente estaba extrañado por esta mañana tan inusualmente fría. Cuando fue a recoger el periódico de hoy, tuvo que regresar por un abrigo más grueso que su bata para soportar la fría brisa que había.

A Stan solo le quedaba aguantarse y esperar. Era muy probable que solo fuese una mañana rara y ya está. Aunque, cuando Stan se dijo eso no pudo evitar preguntarse, ¿Qué parte de este lugar no era raro?

Y ver a Lincoln y Hilda comer tan animadamente en la mesa con su misma ropa de ayer, sin que se les vea para nada incomodos por aquella fría mañana hacía pensar a al viejo hombre que estos dos niños también eran un poco raros.

Le dio otro sorbo a su café, volviendo a retomar su lectura en el periódico de hoy.

Por lo que llevaba, no había pasado nada muy interesante como de costumbre. Dio un pequeño bufido. En verdad, no había nada interesante, inclusive si su memoria no le fallaba, gran parte de las noticias de hoy eran recicladas de la semana pasada.

Pese a estar en un lugar bastante excéntrico y único por el cual su raro hermano gemelo vendría a estudiar las rarezas del lugar. Y, aun así, la gente no hablara de todas esas cosas raras. Esta mañana le pareció a ver visto uno de esos nomos perseguir una ardilla. Sin duda, le resultaba extraño que nadie hablara de eso.

Siempre tuvo ese pensamiento en la cabeza, pero nunca decidió investigar el porqué de eso, prefirió fingir ignorancia, después de todo, eso no era asunto suyo, aunque estaba convencido que cuando su hermano regresara terminaría investigando eso, si no es que ya lo había investigado.

A pesar de tener los 3 diarios, solo necesitaba las páginas en concreto de los planos de esa máquina dimensional, pero lo demás, pese a ser curioso de leer, le resultaba un poco irrelevante.

Aun así, podía recordar que leyó algo dentro de uno de los diarios, algo acerca de una especie de secta en el pueblo, pero mejor decidió concentrarse en esa página que hablaba de la calabaza con rostro y emociones humanas.

¿Qué podía decir?

Era una estupidez, pero no podía negar que esas páginas le resultaron graciosas. Lo hubiera tomado como algo más hilarante de no ser que no estaba en muy buenos ánimos desde "ese" día.

Pensándolo más detenidamente... ¿Desde cuándo se cuestionaba ese tipo de cosas?

Antes prefería no pensar en esta clase de cosas, seguir adelante con la caballa y de vez en cuando, recordar un poco el pasado, pero rara vez se ponía a pensar en más detenimiento esos misterios por los cuales su hermano se había arrastrado desde su universidad hasta aquí para investigar.

Sacudió la cabeza, quizá solo era su mente que estaba cansada, ya desde hace semanas que no podía dormir bien, así que normal que su cerebro funcionase aún peor que de costumbre.

-Oye Stan – Ese llamado lo saco de sus pensamientos para mirar a la peli-azul.

-¿Sí? ¿Qué pasa? – Pregunto tranquilamente.

La niña sonrió.

-Luego de que terminemos nuestros deberes en la cabaña, ¿Podemos ir a explorar el bosque? – Pidió animadamente.

Hilcoln: Una aventura sobrenaturalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora