Minigolf

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La brisa fría golpeo el rostro de Stan haciéndole arrugar su vieja cara. Sintió una picazón en su nariz y estornudó.

-Salud – Le dijeron sus acompañantes.

-Gracias – Devolvió la respuesta limpiándose un poco la nariz.

-¿Se encuentra bien señor Pines? parece que no durmió mucho – Le pregunto Soos mirando sus ojeras.

-Estoy bien, me quede leyendo un libro hasta tarde – Mintió.

-No pareces el tipo de persona que leería un libro – Le comento Lincoln con humor. Stan pensó que el chico tenía razón, sin embargo, solo resoplo.

-Este viejo puede ser muchas cosas, niño – Dijo altaneramente.

-Si puedes hacer muchas cosas, ¿qué tal si nos llevas al centro? – Propuso Hilda, de nuevo.

Stan suspiró.

-No, ya te dije que no acoses a ese hombre – Respondió. Hilda frunció el ceño.

-No es acoso, simplemente tengo una corazonada de que hay algo mal con él – Se excuso la niña.

-Llevas repitiendo lo mismo desde que lo viste en el supermercado hace semanas – Dijo Lincoln.

-¡Ya te lo dije! Él siempre... – Fue interrumpida.

-Mira a la izquierda, lo sé, me vienes repitiendo eso desde hace días – Ciertamente, a Lincoln le parecía que Hilda podía llegar a ser algo obsesionada con aquello que captara su curiosidad.

-Vamos, no finjas que tampoco quieras saber sobre ese sospechoso hombre – Le reclamo Hilda.

-Sí lo tengo, pero que quieres que haga cuando prometimos que obedeceríamos a Stan – Eso se lo susurro por lo bajo, Stan estaba todavía somnoliento, por que no se molesto en seguir la conversación de los chicos.

Soos por otro lado estaba cortando la parte superior de su camisa en una "VV". Según el hombre, estaba adelantándose a la nueva moda.

-Eso es verdad – Hilda resoplo a regañadientes. Debía de reconocer que cada que Stan no la dejaba irse a investigar algo interesante se frustraba. Y hoy no era la excepción, ya se había topado con ese hombre izquierdo [mote que le coloco para identificarlo]. Esta vez noto como ese hombre hacía cada día la misma rutina y el hecho de que siempre mirara solo a su lado izquierdo le carcomía su curiosidad.

Lamentablemente, cuando pensó que hoy podrían investigar qué era lo extraño de ese hombre, Stan los llamo a cubrir el puesto de Wendy, quien amaneció nuevamente con un resfriado.

No estaba de muy buen humor, a diferencia de Lincoln quien estaba relajado desde que se despertaron en la mañana. – (¿Qué podría hacer para animarla un poco?) – Pensó Lincoln mirando a la malhumorada Hilda.

Ahora caminaban por las calles del pueblo, habían venido para comprar unas cosas, iba de camino al auto para regresar a la cabaña. Pasarón una tienda de electrónicos cuando, Lincoln se detuvo abruptamente para mirar algo que llamo su atención.

-¿Lincoln? – Preguntó Hilda, defendiéndose también, mirando los televisores, los cuales pasaban un anuncio publicitario. En estos, estaba un hombre escuálido, vestido como un rey medieval.

¡Tú! ¡Sí, tú! ¡Encuentra el honor, la victoria, el destino y el jamón! Vengan y preséntense en el "Minigolf descuento real". ¡Este año, hemos organizado un gran torneo local de minigolf! Pueden inscribirse tanto adultos como niños al torneo. El gran premio... ¡Son estas dos preciosas joyas!

Mostro en pantalla dos rocas color turquesa, aunque su forma estaba algo rara, como si estuvieran rotas.

¡Su precio es invaluable, tanto que podría volverse rico con una sola de estas! ¡Así que no espere más y venga a participar en el gran torneo real del minigolf, el cual se llevará a cabo mañana, pero no se desanimen, ya que tiene hasta hoy para inscribirse! Ah, y esta vez si repartiremos jamón a los concursantes.

Hilcoln: Una aventura sobrenaturalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora