11: reencuentros inesperados

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Valentín

-¿Qu-qué?.-pregunté tragando saliva fuerte. No sabía si había escuchado bien.

-¿Qu-uí?.-la chica me imitó y se alejó de mi mirandome mal.-Ni te gastes en decir que no la conoces porque ya los vimos juntos.-me mostró unas fotos en su celular del día que habíamos estado en el río.

Ahora si estaba asustado y no entendía nada. La gente está loca.

-Te juro que no sé qué es lo que pasa.-hablé un poco mas asustado.-No sé qué problema tendras con ella pero estoy segura de que asi no lo vas a solucionar. La conocí hace un mes e Italina es re comprensible, si queres yo te llevo a donde esta.

Ambos se dirigieron hacía la puerta para dejarme solo de nuevo.

Empecé a gritar como podía antes de que se vayan pero fue en vano. Me sacudí, moví mis pies, pero nada sirvió. Las sogas estaban muy ajustadas.

-No tenes que entender nada vos.-sentenció finalmente y ambos salieron por la puerta, sin olvidarse de cerrarla con llave claro.-Además, ya te deben estar buscando así que te queda poco.

Bufé y tiré mi cabeza hacía atras mientras intentaba pensar en como escapar de acá.

Qué hiciste Italina.

(...)

Italina

-Y ya les digo, nunca me animé a preguntarles nada y Valen sabe menos que yo, pero que tienen un negocio raro, lo tienen.-hablaba Tadeo mientras caminábamos con linternas.-Pero nunca nos faltó nada, ya estoy agradecido de que hayan sido mis tutores legales con todo lo que eso conlleva.-Beltrán y yo asentimos.-Igual no puedo hablar mucho yo tampoco, mis viejos estan en China hace años haciendo quien sabe qué.-los tres reímos.

Mientras buscábamos a Valentín estábamos intentando unir piezas de dónde podría estar Valentín o qué le podría haber pasado.

-Entonces.-Beltrán habló.-En la florería no está, en el restaurante tampoco, Grego dijo que por el río no lo vió, la otra es que se lo hayan llevado del pais, el pueblo no es tan grande.

-No seas exagerado, Beltrán.-dije.-No pasaron ni cinco horas que ya se lo van a llevar del país.

Él hizo una mueca y nosotros seguimos caminando. Veníamos caminando por la casa de Carlo, donde horas antes estábamos cenando cuando nos tuvimos que hacer a un lado para que una camioneta negra pueda pasar.

Los caminos del pueblo eran demasiado angostos por lo que solo podía pasar un auto a la vez.

-Terrible nave.-dijo Beltrán cuando la vimos pasar.

-Mal.-coincidió Tadeo.-Es re loco este pueblo, como que es todo re tranqui, alejado de todo pero de la nada ves estos autos que no te los imaginas acá ni en pedo.-ambos rieron.

Vimos como la camioneta frenó unas cuadras mas adelante y empezó a girar en u.

Seguido a eso, sus luces se apagaron y ví como empezó a aumentar la velocidad mientras se acercaba a nosotros.

-Mi auto de ensueño sería un..

-Chicos.-dije cortando la conversación que los chicos tenía.-¡Chicos!

-¡Corran!.-dije apenas me miraron y los tres salimos disparados hacia el lado contrario.

Tadeo, Beltrán y yo corriamos lo mas que nuestras piernas lo permitían. La camioneta empezó a acelerar cada vez y al tener cuatro ruedas y un motor nos alcanzó fácil.

-¡Sepárense!.-gritó Tadeo y ambos asentimos.

Sin pensarlo dos veces me metí por un camino mas angosto.

Fugitivos - WosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora