Extra I - Barbados

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Italina

Barbados, Isla en América Central
6 meses después de la despedida
en el aeropuerto

Mire la fotografía que acababa de sacar con mi celular y sin dudarlo la puse como fondo de pantalla.

Sonreí al ver que había quedado bien, guarde el celular en mi bolso y seguí caminando mientras me deleitaba con la infraestructura de las casas y sus colores tan particulares.

Una vez que terminé de cruzar por el punte de madera que llevaba a la playa, sonreí cuando mis pies tocaron la arena.

Sé que a mucha gente no le gusta la playa, es mas, odia la arena, y no voy a ser hipócrita, a nadie le gusta tener arena en donde no da el sol, pero para mi era una de las cosas más relajantes que había en el mundo.

Agarré mis ojotas, las sacudí como pude y las metí tambien en mi bolso mientras me dirigía al lugar que yo mimas había pactado.

Playa principal, unos metros a la izquierda de la casa de los guarda vidas, antes de llegar al puesto de licuados.

Al ser principios de Abril, es decir, la temporada alta terminó, no había tanta gente en la playa, cosa que agradecía, porque sino esto se llenaba cual Mar del Plata en Enero.

Osea, un desborde de gente.

Una vez que encontré un lugar cómodo, estiré mi pareo sobre la arena, apoyé mis cosas y me acosté no sin antes sacarme el top y short que traía.

El cielo estaba un poco nublado, corría un poco de viento pero el clima en estos lugares era muy húmedo, por lo que sea la temporada que sea, hacía calor.

Cuando me mudé a Hawái y empecé a trabajar, varias veces me bajó la presión por estar varias horas expuesta al rayo del sol, pero uno se acostumbra.

Agarré el protector solar y empecé a pasarme en los brazos cuando ví la sombra de alguien atrás mío.

-Necesitas ayuda con eso?

Sonreí apenas escuché su voz y me levanté a abrazarlo provocando que los dos riamos.

Volver a sentir ese perfume, su piel, su pelo, era una dosis de felicidad.

Me separé todavía sonriendo y mordí mi labio.

-No puedo creer que seas vos.-volví a reír y Valentín volvió a abrazarme.

-Es una locura esto, realmente es una locura.-me miró, un poco sin creer lo que estaba pasando y rió.-Pero yo también estoy contento de verte.

Apoyó su mochila en el piso y le pasé el frasco de protector para luego volver a sentarme y tirar todo mi pelo sobre mi hombro para que lo pase por mi espalda.

-Sabes que cuando leí el destino.-habló y sentí como mi piel se erizó ante su tacto y el frío de la crema.-No sabía ni donde quedaba este lugar, bah, ni siquiera sabía que existía.-ambos reímos.-Pero cuando lo googleé y ví que era una isla caribeña no tuve dudas de que era un lugar muy vos.-reí.-Cómo se te ocurrió venir acá?.

-Si te soy sincera, yo tampoco sabía que existía.-lo miré y ahora él fue el que se sacó la remera y se puso de espaldas para que le pase el protector.-Una vez una chica hizo una pasantía en el voluntariado en el que trabajo y contó que antes había estado acá y le encanto. Y así me puse a buscar y como yo tampoco conocía, creí que era buena idea conocerlo juntos.-dije un poco nerviosa.

Pude ver como me miró sobre su hombro y sonrió.

Con Valentín no habíamos dejado de hablar ni un día desde aquella última vez en el aeropuerto.

Fugitivos - WosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora