You're crazy [Bakushima]

O

Al despertarme estabas a mi lado, pero sentía tanto dolor de cabeza que se me hacía imposible poder decir algo coherente. Además, ¿qué podría decirte? No puedo explicar nada, ni yo lo sé. Lo único que me han dicho y recuerdo es... Estás loco, nada más.

Después de unos minutos pude terminar de acostumbrarme a la segadora luz y me percaté que no sólo estabas tú conmigo y que no era la casi vacía habitación en la que anteriormente habíamos estado. Ahora habían otras 4 personas que me rodeaban, vestían batas largas y blancas y en sus rostros traían cubrebocas puestos... Parecían doctores, pero algo me decía que no. ¿Quiénes eran? Sentía que no era la primera vez que los veía pero por más que tratara de recordar lo único que conseguía era un terrible dolor de cabeza. Simplemente los recuerdos no llegan a mí o tal vez lo hacen.

Estás personas hablaban pero debido al barbijo no podía escuchar ni tratar de adivinar qué era lo que decían, ellos no te tomaban en cuenta. Sólo se concentraban en mirarme, pero no me interesaba. Yo sólo podía concentrarme en tu mirada, sí, una mirada que demostraba tristeza, una tristeza que probablemente yo había generado en esos ojos que anteriormente brillaban. La culpa se hizo presente en mí y sentí la necesidad de hablarte eran grandes, pero aún así no podía. Traté de mover mi mano para poder alcanzar la tuya pero algo frío y duro detuvo el movimiento en seco, no me había dado cuenta mi dos muñecas estaban atadas con una cadena de metal y no sólo eso, sino que mis tobillos también lo estaban.

Uno...

Dos...

Tres...

—¡Bakugou! ¿Blasty, estás bien?— Tu voz me despertó y por un momento tardé en reaccionar.

—¿Eh?— Tenías cara de preocupado pero al escuchar mi respuesta volviste a sonreír.

—Estábamos hablando y por un segundo te perdiste.—

—Debe ser porque estoy cansado.— Fue una mentira pero aún así no dudaste ni un segundo en creerme.

—¿Deberíamos dormir?— Propusiste y sin descaro te acomodaste sobre mi regazo. No pesabas nada, ligero como una pluma. Supuse que por tu cuerpo de niño.

—Ya te acostaste.— Bromee e hiciste un pequeño puchero con tus labios.

—Buenas noches Blasty.—

—¿Buenas noches...?— Logré decir, pero tú un segundo después te quedaste profundamente dormido.