You're crazy [Bakushima]

A

-¿Usted es la madre de Bakugou Katsuki?- Mi madre se acerco al médico y asintió.

-Lo soy. Dígame señor, ¿qué le pasa a éste?-

-Su hijo padece de un trastorno mental crónico y grave, esquizofrenia. Los síntomas de éste varían pero normalmente son los mismos, severas alucinaciones visuales que también pueden ser auditivas y falta de la percepción de la realidad. Lamento decirle que solamente puedo recetarle medicamentos, mejorará, pero dependerá de él mismo salir adelante y también del apoyo constante de la familia. Es algo realmente importante para su recuperación. Debería decirle el costo de los medicamentos y el nombre de ellos. Le haré una receta y anotaré todo, deme un segundo señora.-

-Simplemente está loco ¿no?- El médico se quedó perplejo, o al menos eso me pareció. Yo sólo observaba la conversación entre ellos dos.

-No puede hablar así de su hijo señora... No debería.-

-Yo puedo hablar como quiera, estoy un poco grande para recibir ordenes y menos recibirlas de un simple médico ¿no cree?- El médico frunció su ceño y soltó un audible suspiro.

-Bueno, aquí están las recetas señora.- Mi madre observó ese papel por unos segundos y con sus manos lo rompió pedazo por pedazo sin dudar un segundo de lo que hacía.

-¡¿Qué hace?! esas son las recetas.- Gritó enojado el doctor.

-¿Disculpe? No se olvide de quién es, un simple médico así que bajé la voz y no se meta, es una gran falta de respeto. Además ¿qué cree? ¿Qué yo voy a pagar los medicamentos para un loco? Sería lo último que haría, gastar mi fortuna en eso, sería un gran desperdicio.- El médico la miró con desprecio más del que yo en ese momento pude haber tenido.

-Tiene razón señora. No debería meterme, pero déjeme preguntarle algo. ¿No cree que es demasiado? ¡Esta hablando de su hijo! y él esta a unos centímetros nuestro escuchando todo lo que usted dice. ¿No cree que es hiriente para él?-

-¿Hijo? Ja, que gracioso. En vez de médico deberías ser payaso, debo decir que te equivocaste de profesión.- Rio mi madre y continuó hablando. -Él no es más mi hijo, está loco y yo no tengo hijos locos. ¿Lo entiende? o ¿hablo en Chino?- El médico chistó con su lengua y supongo que se dio cuenta que tratar de convencer a mi madre era imposible. Volteó a verme y me miró con ojos de lastima, ojos que odié y aún odio.

-Perdón pequeño- Me dijo y acarició mi cabello, corrí su mano de la manera más respetuosa que pude. -No tienes que disculparse, está bien. Los locos no necesitan escuchar el perdón de nadie.- El médico me dio una lastimosa sonrisa y se fue. Quedándonos así mi padre y yo en la habitación.

-Tú, persona loca. No te quedarás más aquí, sábelo. Te iras a un lugar al que te llevaré.-

-¿A dónde?- Pregunté, no es que me interesara tanto. Con tal de estar lejos de la persona a la que llamo "mamá" cualquier cosa me vendría bien ahora.

-A una habitación casi vacía.- Sonreí y ella me agarró de la muñeca para llevarme a ese lugar.

Ese lugar, esa habitación casi vacía. Una habitación para locos.