—Estoy aburrido blasty.— Dijiste mientras caminabas por la habitación.
—Estoy dormido.—
—¡Las personas dormidas no hablan!— Dejaste de caminar por un segundo y pensaste. —Bueno, en verdad sí, pero me refiero a que no estás dormido.— Aguante una pequeña risa que amenaza con escapar de mis labios, cada vez me acostumbraba más a la presencia de este niño de 5 años.
—Silencio, quiero dormir pequeño.—
—Blasty... Blasty... ¡Blasty!. No te duermas, no puedo hacer nada si duermes.—
—Si no duermo, tampoco puedes hacer nada.— No dijo nada porque sabía que era verdad, en esta habitación casi vacía no hay nada que se pueda hacer.
—Entonces, no me dejes solo Blasty. Quiero estar contigo... Por favor— Solté un pequeño suspiro y me desperecé. No podía negarme al por favor de este niño.
—Esta bien, ¿qué quieres hacer?—
—¡Juguemos!— Sonreíste y te sentaste en el piso a unos centímetros de donde yo estaba. Desde ese día que jugamos a las escondidas no habíamos vuelto a jugar nada.
—¿A qué quieres jugar?— Pregunté y llevaste una mano a tu cabello agarrando un pequeño mechón de tu cabello azabache entre tus dedos para así poder jugar con el. Algo que normalmente haces cuando piensas, que me parece -aunque no quiera admitirlo-, adorable.
—No se me ocurre ningún juego ahora pero... Puedo inventar uno ¿no?— Asentí y seguiste pensando un poco más. —Juguemos a decir una cosa cada uno, podemos hacer preguntas y si te niegas a responder tendrás que quitarte una pequeña prenda.-
—Esta bien, ¿Quién empieza?— Pregunté y te acomodaste de manera en la que tu cabeza quedo sobre mi regazo.
—¡Yo!— dijiste emocionado y pensaste en una pregunta que hacerme. -Hm... ¿Cuál es tu color favorito?—
— Que pregunta más infantil.— Bromee y frunciste un poco tu ceño. — ¡No es infantil!—
— Mi color favorito es el negro.— Termine por responder y él asintió. Ahora era mi turno de preguntar.
— ¿Le tienes miedo a algo?— No tardaste nada en responder, como si ya supieras la respuesta desde siempre. — Tengo miedo a que Blasty me olvide.— Esa respuesta resonó en mi cabeza.
— Nunca voy a olvidarte, no te preocupes. Es tu turno.— Traté de aliviarlo y una pequeña sonrisa apareció en su rostro.
— ¿Puedes acariciar mi cabello?— Preguntaste y tus mejillas te tornaron levemente rojas. Jodidamente adorable. Asentí y acerque una de mis manos a tu cabello para así empezar a acariciarlo, se sentía suave tal como aparentaba serlo. Cerraste los ojos como si estuvieras disfrutando del tacto y soltaste un pequeño suspiro de ¿relajación?, Supuse.
— ¿Por qué viniste conmigo? No estás loco.— Pregunté pero no respondiste. Aún seguía acariciando tu cabello y cuando me concentré en verte me di cuenta que te habías quedado dormido.
— Tienes una prenda.— Murmuré cerca de tu oído.
— No te vayas nunca.—
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You're crazy [Bakushima]
Fanfiction-Dime... ¿Por qué estás ahí tan triste y solo?- Me preguntaste con una pequeña sonrisa, mientras jugueteabas con tus dedos. Con la apariencia de un niño pequeño, un niño pequeño del cual no sabía nada. Pero apareciste como si fueras todo. -¿Qué c...