Un experimento

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Maratón 3/4

Esa mañana no estaba siendo fácil, Camila y ella habían tenido una noche increíble y se rehusaba a la idea de alejarse de la latina, pero existía el maldito acuerdo. Lauren observó como la doctora estaba abrazada a ella como un koala sobre la cama y le hizo gracia, acercó sus labios y depositó un beso en su nariz, logrando que ésta se arrugara de manera tierna.

- Buenos días dormilona –

- Nooo Michelle, aún no quiero levantarme, déjame estar unos minutos más así contigo –

- Camila.... Nuestro avión sale a las 11am, no podemos demorarnos –

- ¡¡No quiero!!, me voy a quedar en México lo que me reste de vida – La castaña soltó una carcajada que hizo que la doctora terminara de abrir los ojos.

- Ven, vamos a bañarnos – Dicho eso la cargó y Camila soltó un gritito por la impresión.

Su tiempo en la ducha se resumió en mimos y caricias que ambas deseaban que nunca terminaran.

Después del baño la doctora sostenía un espejito en sus manos mientras se maquillaba cuando sintió una fuerte nalgada en su trasero, Lauren rio por su travesura y Camila negó con la cabeza divertida, siguió maquillándose cuando vio de reojo que la ojiverde se agachaba amarrando las agujetas de sus tenis, dándole una vista placentera de su trasero, embobada a la latina se le resbaló su espejo provocando que se rompiera al entrar en contacto con el suelo, eso la sacó de su ensoñación y al querer recoger rápido los pedazos se hizo una herida en uno de sus dedos.

Al ver sangre correr por su mano sintió temor, nadie podía ver su sangre.

- Hey nena ¿todo bien? – Preguntó la castaña agachándose a su lado ayudándole a recoger los vidrios, la doctora se levantó rápidamente y abrió la llave del lavabo donde comenzó a enjaguarse con desesperación.

- Déjame a mí – Lauren tomó su mano entre las suyas y Camila la retiró como si la espía la hubiera quemado.

- ¡¡No!!, yo puedo curarme, soy doctora ¿ya lo olvidaste? – Dijo en un tono serio que extrañó a la ojiverde.

- Sé que eres doctora Camila, pero también sé cómo curarte y mimarte, permíteme ayudarte – La latina la miró unos instantes dudando, solo ella y su padre habían estado en contacto con su sangre, nadie más.

- Debes tener una especie de botiquín en tu maleta ¿o me equivoco? – Camila solo asintió sin decir palabra, Lauren caminó hacia la maleta y en menos de un minuto estaba de regreso.

- ¿Me permites? – Preguntó acercando sus manos nuevamente a la doctora, la latina observó sus ojos verdes, mismos que reflejaban confianza, tal vez estaba cometiendo un error muy grande, pero esos ojos hipnotizantes le gritaban que no tuviera miedo, así que acercó su mano y Lauren la tomó. Aún salía sangre, la castaña se encargó de lavarla y limpiarla, notando que era una herida grande pero no profunda, después de desinfectar la zona colocó un vendaje y finalizó dando un beso al dedo lastimado, la latina sintió como una electricidad recorrió su cuerpo en segundos.

- Debo ir a mi cuarto, no he hecho mi maleta y las chicas no tardan en llamarnos para ir a desayunar-

Lauren caminó hacia la puerta sin recibir respuesta, cuando una mano la detuvo.

- Gra-gracias, siento haberme comportado de esa manera, por algo Dinah siempre dice que los doctores somos los peores pacientes – Lauren soltó su risa de bebé y acarició el rostro de Camila.

- No fue nada – Finalizó dándole un beso tierno en los labios y salió de la cabaña, la doctora suspiró y regresó al baño donde pedazos de papel manchados con sangre yacían en el bote de basura, Camila los tomó y los arrojó a la taza del baño para después jalar la palanca.

The Specials (Camren)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora