Prologo

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—No te dejare morir.

Esas habían sido las últimas palabras que Han Seo había podido escuchar antes de caer en la inconsciencia a causa de la pérdida de sangre.

Y, probablemente, para Vincenzo esta había sido la primera vez en su vida que se había quedado estático al no saber que hacer con el cuerpo que tenia entre sus brazos.

Casi como si el mismo núnca hubiera arrebatado vida alguna.

No era consiente del todo de lo que sucedía a su alrededor, solo estaba concentrado en el como sus manos se iban llenando de la sangre ajena sin que lo pudiera controlar en lo más mínimo, en como había lágrimas deslizándose por las mejillas de Han Seo, lágrimas que no eran del menor, sino que eran las propias que caían sobre su rostro de forma inevitable por la cercanía en la que lo mantenía.

Su corazón estaba destrozado, se aferraba  cuerpo debajo suyo como si de esa forma pudiera evitar que recibiera más daño del que ya tenía. Por eso, cuando sintio unas manos ajenas queriendo arrebatarselo, lo primero que hizo fue gruñirle a quien sea que había aparecido en ese momento, su lobo quería proteger a Han Seo a toda costa de quien sea, quizás por eso había tardado en reaccionar de que las manos que habían aparecido estaban cubiertas por un par de guantes blancos.

Levantó la vista y pudo ver a una chica en frente suyo moviendo los labios, le estaba hablando, gritando probablemente, pero no le podía entender nada de lo que decía, estaba demasiado aturdido, solo reacciono cuando escucho una frase en particular.

—"Si no lo suelta, no podremos hacer nada para salvarlo."

De forma automática, y con la rapidez de un soldado que cumple órdenes, lo soltó.

Volteo y pudo ver a más personas, solo que esta vez se encontraban alrededor de Cha Young, se dio cuenta de que posiblemente se trataran de paramedicos por los uniformes que traían.

Llevo su vista al suelo y, justo al lado de Cha Young, pudo observar que se encontraba su celular con gotas de sangre que marchaban su pantalla, supuso que había sido la mujer quien en algún momento se lo había arrebatado para llamar a emergencias.

Cuando vio su rostro pudo observar sus ojos rojos y llenos de lágrimas contenidas mientras miraba al omega tendido en el piso. Miró en la misma dirección que ella y pudo observar el momento justo en que lo subían a una camilla mientras le realizaban maniobras de resucitación.

Quizá apreciar su rostro mientras lo alejaban de aquel lugar, pero era tanta la gente que había a su alrededor tratando de atenderlo que simplemente no pudo.

Lo que tampoco pudo evitar fue el nudo que se formó en su garganta al mismo tiempo que un sollozo desconsolado salía de entre sus labios.

No tardo mucho en sentir unos, o un más bien, brazo rodeándolo en un intento de abrazo. Por el olor a sangre pudo distinguir que se trataba de Cha Young, la cual a pesar de tener a un paramedico encima tratando de atenderla, había ido al lado de su amigo para tratar de consolarlo minimamente a pesar del esfuerzo y el riesgo que significará eso para ella.

Se notaba que estaba al borde de la inconsciencia, así como que su piel estaba demasiado blanca como para estar bien, pero pudo escuchar fuerte y claro cada una de las palabras que le decía.

—"El puede salir de esto, pero solo si te aseguras de que no reciba más daño tras hacerlo."

Y vaya que tenía razón en ello.

Tal como si fuera un credo, se encargo de marcar esas palabras a fuego dentro de sí, para asi encargarse de darle la más dolorosa y horrorosa de las muertes al maldido de Han Seok una vez lo atrapara.

Y cuando lo encontró se la dio, claro que lo hizo, pero así y todo, no le parecía suficiente aún, sentía que esto no representaba ni una milésima de todo lo que había tenido que pasar el omega estando a su lado.

Quería hacerlo sufrir, quería que pagará de la misma forma que había tenido que pagar Han Seo de forma innecesaria, pero sabía que de todas formas eso no le traería satisfacción alguna, no cuando su cuerpo y su mente, así como también su lobo, estaban demasiado ocupados pensando en el menor, tan solo queriendo volver a su lado para velar por su bienestar y su seguridad en esa cama de hospital.

Por eso lo dejo rápidamente cuando termino el trabajo, ahora ya no podría hacer más daño.

Ahora podría cuidar a su omega de la forma en que se merecía, así como también le brindaría todo el amor que sabía, núnca le habían dado.

il mio omega || VinSeoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora