Otra vez en el mismo lugar esperando al mismo coche, ese Audi azul roto que hoy me debe llevar directa a la universidad para empezar mi segunda semana de clases donde todo ha sido teoría hasta ahora sobre el cuerpo, la historia del arte y mil cosas más que nunca pensé que podrían tener tanta teoría y palabras extrañas en otra lengua que no fuese la mía. El Audi de Zac aparece puntual con la hora que le cogí la semana pasada donde faltan exactamente veinte minutos para empezar las clases, quince conduciendo y los cinco restantes entrando al aula para ocupar nuestro sitio y entablar una conversación absurda y corta con Giulia quien por supuesto llega siempre antes que nosotros dos. De sus labios no sale más que un saludo cuando ocupo el sitio del copiloto y yo me limito a imitar su escasez de palabras centrándome en la banda sonora de la mañana que es Twenty One Pilots según reconozco la voz del cantante y los solos de batería que suele haber en algunas canciones para dejarle protagonismo al segundo miembro del grupo. Oímos parte de su discografía en el trayecto mientras él se centra en conducir tamborileando con sus dedos en el volante y yo miro por la ventanilla pensando en el fin de semana que he pasado en familia con Ann y los niños debido a que Bemus tuvo que teletrabajar el rato que pasaba en casa. El sábado fuimos al puerto para que yo lo conociese, Moon me explicó cosas que desconocía de ese lugar y a la tarde estuvimos en casa jugando un par de juegos familiares en el jardín ya que aún sigue haciendo esa brisa de verano que es agradable. El domingo fue un poco más para calmarse ya que la mañana la pasé en mi cuarto intentando comprender mis apuntes y por la tarde vimos una maratón de películas elegidas por Cameron, todas de superhéroes, concretamente del mundo de Marvel que por lo que descubrí es su favorito. De Hugo no he sabido nada desde que volvimos juntos de aquella fiesta, nos hemos evitado salvo para lo que era inevitable como comer y cenar ya que el desayuno él parece hacerlo a otras horas cuando le apetece, además tampoco ha estado mucho en casa sino que su moto ha sonado mucho a lo largo de dos días yendo y viniendo para evitarse alguna bronca pese a que el sábado decidió dormir fuera sin avisar. Si sé algo de él es por lo que comentan sus padres porque no me ha vuelto a prestar atención y casi lo prefiero después de todo.
Cuando Zac aparca el Audi en un parking cercano al Audi vuelvo a la realidad y me apresuro a salir del coche junto a él sin compartir aún palabra alguna. Ambos andamos juntos, codo con codo hasta la puerta de la Lincoln University hasta llegar al aula donde el rostro desolador de Giulia me hace moverme rápidamente por las mesas. Cruza su mirada conmigo dejándome ver su cara más desoladora con las cejas uniéndose y los labios fruncidos hacia abajo para dejarse caer entre sus brazos en la mesa. Ocupo mi sitio aun con la mochila puesta y la miro esperando a que de alguna reacción de que no se ha desmayado al vernos ni nada por el estilo. Zac se sienta delante de mí dejando su mochila junto a las ventanas para ladear su cuerpo y mirar a nuestra amiga completamente desolada. Si no fuese porque la vi en la fiesta y luego Miley, la amiga de Zac, me aseguró de que había llegado a casa, ahora mismo me hubiese puesto en lo peor pensando que se debe ir de vuelta a Italia o que ha perdido algún familiar.
- ¿Giulia? - me atrevo a preguntar tocando su codo para que sepa que estamos junto a ella.
-Mmmhm- murmura sin alzar la cabeza haciendo que el negro de su pelo la engulla por completo-. Odio mi vida.
Su voz arrastrada provoca una pequeña risa en Zac quién lucha por contenerse cuando le miro recriminándole su actitud, desde luego que risas ahora mismo es lo que menos necesita nuestra amiga la cual se emborrachó tanto el viernes que probablemente no se acuerde de ciertos detalles.
-Todos en algún momento nos emborrachamos a ese nivel- intento calmarla acariciando su espalda.
Levanta la cabeza velozmente para hablar parándose antes a colocar su corto flequillo negro que se ha hecho tras este largo fin de semana, creo que ella es una de esas personas que cuando sufre una crisis existencial decide cambiar su estilo para verse mejor.
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Un amor de ida y vuelta
Teen FictionUna beca de estudios, ese es el primer paso para alejarte de todo lo que era tu hogar. ¿Vale la pena viajar 8799.1 km para estudiar? Sí, para Eva lo valdrá ya que no es un viaje cualquiera sino que es un Au Pair donde deberá ayudar en la familia qu...