5. my love had been frozen

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⭐ 。・:*:・゚capítulo cinco
mi amor se había congelado

Dimitri había cumplido su primera promesa, volvió al día siguiente cuando Wanda estaba haciendo su café matutino. La castaña lo recibió con cordialidad, conmovida por el hecho de que les llevara el desayuno y ayudara a Violet a movilizarse con paciencia e incluso dulzura.

Quería golpearse por pensar demasiado en aquellas pequeñas cosas, pero tras tanto tiempo donde su amor estuvo congelado, un poco de calor como eran aquellos gestos, creaban una gran diferencia.

— Dimitri, —lo llamó y él posó toda su atención en ella, eso la puso ansiosa.— mencionaste la estación de policía y quisiera ir a ver a Pietro, —cuanta vergüenza le daba pedirle aquello, pero se recordaba que él ya se había ofrecido.— tú, ¿podrías acompañarme?

— Por supuesto, no te dejaré ir sola. —concordó, absteniéndose de mencionar que Pietro lo mataría si la dejaba ir sin compañía.

— Gracias. —mencionó rápidamente y siguió comiendo.

— ¿Y que hay de mi? —intervino la rubia por primera vez en aquel rato.

— Tranquila, Viktor vendrá a acompañarte en un rato. —explicó el hombre y la rubia asintió de acuerdo.— Le dije que viniera conmigo, pero sabes como odia madrugar.

Entre risas y anécdotas sobre el tercer amigo, Wanda los iba conociendo un poco más, y le agradaban, le agradaba la idea de tener amigos tras unos años resignada a que estaba mejor solo con su hermano.

— Iré a cambiarme. —informó la castaña una vez terminó de comer, levantándose de su asiento, sus dos acompañantes asintieron.

La sokoviana se retiró a la habitación, y mientras buscaba algo para reemplazar su vestido, Violet tomó la mano del hombre, llamando su atención.

— Debes tener cuidado con lo que haces. —explicó en un susurro, que inmediatamente pintó de confusión el rostro del ojiazul.

— ¿Con qué?

— No debes ilusionar a Wanda. —espetó con obviedad, pero él no terminaba de comprenderla.

— Violet, por favor, explícate. —esa petición provocó que la rubia rodara los ojos.

— La manera en que la miras para empezar, —y antes de que él pudiera pedir más especificaciones, ella continuó la lista.— los toques sutiles, el que demuestres tu preocupación por ella, como sonríes al hablarle.

— Solo la estoy cuidando, como me pidió Pietro.

— Y eso es otra cosa, ¡hacer promesas es la principal causa de confusiones sentimentales! —exclamó aun entre susurros. Estaba conteniendose para no golpearlo por ser tan ciego.

— ¿Cómo sabes de las promesas si no estabas allí? —preguntó de pronto, uniendo los puntos.

— Solo soy muy atenta. —se encogió de hombros, fingiendo demencia.

— Y yo solo estoy siendo atento como lo he sido contigo. La cuido como a ti. —aclaró, a pesar de estar consciente que con Violet no se había tomado tantas molestias tras tan poco tiempo conociéndola.

— La miras como a nadie, Dimitri. —insistió la rubia.— Y si no sabes lo que sientes no la confundas, es lo peor que podrías hacerle a cualquier chica y ella no es cualquiera. Es muy tímida y solitaria, que juegues con ella la destrozaría.

— No siento algo, Vi. Solo es una chica, una muy hermosa, sí —admitió, levantando los brazos en forma de rendición.— pero...

Violet solo asintió y le señaló que hiciera silencio, ya que pudo escuchar los pasos de Wanda aproximándose, junto a los toques en la puerta principal.

HOUSE OF MADNESS ♤ w. maximoffDonde viven las historias. Descúbrelo ahora