Advertencia:
-UniversoAlterno.
-Escenas sexuales narradas de manera explícita.
-Amokoscisia,Odaxelagnia,Voyerismo, Agrexofilia, Autagonistofilia, Fingering, Petting.+18
×××
Los dos pelinegros, de nuestro costado derecho, venían prácticamente acurrucados y profundamente dormidos, compartiendo los auriculares del ojiazul, un casco cada uno.
Adelante Itadori se dedicaba a manejar sumamente concentrado, completamente en su mundo de carretera y volante, sin quitar su vista del camino, mientras dejaba que la radio colocara música aleatoria. Necesitaba su máxima concentración, ya que, era de noche, y la carretera era mucho más dificil de dominar.
Al lado del pelirosa, de copiloto, estaba un Satoru roncando fuertemente con la boca abierta, dejando que un hilo de saliva cayera hasta sus pantalones negros, y con su frente apoyaba en el vidrio de la ventana, golpeándose de vez en cuando con uno que otro bache del asfalto, pero aún así, sin despertar por nada en el mundo.
-¿Falta mucho, Yuuji?- pronuncié en un quejido bajo para que los otros no despertaran mirándolo por el retrovisor.
-Sólo un par de kilómetros más.
Solté otro quejido echando mi cabeza ligeramente hacia atrás, mientras mis manos se posaban sobre mi abdomen bajo levemente hinchado, y mis caderas brindaban un brinquito de desesperación.
La risa de Itadori inundó mis oídos al mismo tiempo que dos grandes manos se aferraron a mis caderas, dejándome quieta al instante.
Sukuna inclinó un poco su cuerpo para que su boca quedara justo en mi oído.
A pesar de que sólo me sacaba un año y meses, yo parecía una quinceañera en comparación a su gigante y musculoso cuerpo.
Detalle que nos permitía experimentar mil y un posiciones, en las cuales acababa por manejar mi cuerpo a su antojo.
Por mucho que intentara dominarlo, era algo prácticamente imposible, porque su excitación, ansias por follarme a su antojo, y tenerme a su disposición, siempre ganaban.
-Te advertí que no te acabaras el jugo de fresa, ___- pronunció sonriendo Yuuji desde adelante, volviendo a perderse en el camino.
Pero desde esa oración dejé de escuchar lo que el primo de Ryomen pronunciaba.
Las manos de mi novio me apretaron más contra su cuerpo y su erección.
Podía sentirla con suma claridad a través de mis bragas, gracias a mi corta faldita.
El cálido aliento de Sukuna chocaba contra mi oreja mientras sus falanges prácticamente se enterraron en el hueso de mi cadera.
-Vuelves a provocarme una vez más, y te juro que te enterraré mi polla sin importar que vayan a oírte.
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devoción (18+)
FanfictionSoy tu único Dios, dirás mi nombre o no pronuncies nada. (Múltiples historias -one shots eróticos- dónde Sukuna Ryomen es tu pareja) (Todos los personajes tienes son mayores de edad +18 años) NSFW 18+