Capítulo Tres

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El trabajo estaba avanzando correctamente

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El trabajo estaba avanzando correctamente. Mina, al parecer, sabía más de lo que aparentaba. Y eso en cierto modo es bueno para la menor. Mina siempre se esmera en sorprender a las personas, o eso cree. Porque de alguna u otra manera siempre lo consigue.

Es una especie de caja sexy de sorpresas para ella.

Dice.

Supone.

La investigación estaba realizada. Todo el marco teórico estaba concreto y correcto. Aunque, claro... ¿Por qué no habría de estarlo si Nayeon lo hizo?

La azabache se encargó de la decoración. Es decir, de colorear, transcribir y decorar las cartulinas, o como ella prefiere definirlo: “el diseño gráfico y visual del trabajo” pues “la presentación es un elemento MUY importante para cualquier trabajo” y “quien lo hace tiene una mente abierta y creatividad ilimitada” y eso “me abrirá miles de puertas, pues nadie se resiste ante mi talento”.

Claro, además del útil resumen de media cuartilla que Mina logró hacer. Sí, la menor lo admite, fue bueno. Pero que siga trabajando como decoradora.

Según la castaña, en su relación de amigas ella es la lista.

— Yeon, tengo hambre, aliméntame —Mina se estiró sobre la silla del comedor, haciendo que el sonido de unos cuantos huesos en su cuerpo se escuchara y resonara. La menor se levantó de la silla y caminó hacia la cocina—. Hay pizza en el horno. Sé que te debo atender yo por ser mi casa pero... Estás como en tu casa, amiga —Dijo.

— Claro... Aprovechémonos de Nayeon y su innegable talento culinario y habilidad gastronómica. ¿Me viste cara de refrigerador o qué, Myoui? —Se quejó ella, mientras sacaba del horno los pedazos de pizza y los ponía a calentar en el microondas.

— Seguramente usar un microondas requiere mucha experiencia. Y en realidad ahora te veo como un gran pedazo de carne —Remitió. La castaña rió al igual que su amiga.

— Si esperas que te diga “ven y cómeme” tu espera será eterna —Bromeó Nayeon

— No mientas... No podrías negarte. Soy tu unnie más irresistible —La menor tiró una carcajada.

— Soy un pedazo de carne difícil.

— Y eso le da la sazón —Soltó chulesca.

— A veces me das miedo —Le dijo. Nayeon sacó el plato con seis trozos de pizza (de los que seguramente ella comería cuatro) regresó al comedor y puso el plato en la mesa, sobre los cuadernos y libros.

— ¿Te doy miedo cuando tengo hambre? —Tomó un trozo de pizza y le dio una mordida amplia.

— Un poco —Respondió haciendo lo mismo.

— Pero tú eres la bestia al comer, no yo —Se quejó la mayor.

— Sientes envidia porque yo sé cocinar y Mina unnie no —Sentenció la menor tomando otro trozo de pizza cuando ya se terminó el primero.

— Usar un microondas no cuenta como cocinar.

— Sí cuenta, Sharon.

— No...

— Sí...

— No, porque...

— ¡Ya! —Interrumpió. Cuando menos se dio cuenta el plato ya estaba vacío (y Nayeon solo comió tres).

— ¿Ya le dijiste a tu mamá que te quedarás a dormir?

— Sí, le mandé un mensaje —Contestó la menor restándole importancia al asunto. Mina asintió, mientras ocultaba una sonrisa que se apareció en las comisuras de sus labios.

— Creo que ya es tiempo de... Decir mi secreto —Dijo con voz determinada. La castaña alzó ambas cejas con sorpresa y la miró atentamente. Entusiasmada.

— ¿Cómo?... —Preguntó. Mina se encogió de hombros.

— Si te vas a quedar a dormir tienes que saberlo —Inquirió. Nayeon la observó con curiosidad. ¿Qué tiene que ver su secreto con que ella se quede a dormir esta noche?

— Ya dime, anda —Le pidió la menor.

— Tengo problemas nocturnos, Nayeon —Dijo por fin la azabache.

Silencio.

— Tranquila, yo también ronco y lanzo patadas —Soltó una carcajada. Amaba la inocencia de su amiga, y la manera tan eficaz con la que podía pasar los problemas, algunas veces.

— No ese tipo de problemas. Tengo un, trastorno... Extraño —Intentó explicarle.

— ¿De qué se trata? —Cuestionó la menor con sus cejas fruncidas y una expresión de obvia confusión en su rostro. Mina sonrió.

— Padezco de sexomnia... —Dijo ella. La castaña alzó una ceja confundida.

— ¿Y eso con qué se come? —Bromeó. Mina volvió a reír.

— ¿Segura que quieres quedarte a dormir conmigo? —Le cuestionó Mina con un tono pícaro, disfrazado de preocupación. Lo suficientemente creíble para Nayeon.

— ¿Si supiera qué es eso tendría que no estarlo?

— Totalmente.

— No puede ser tan malo, unnie. He dormido con mi hermano, sus pies apestan. ¿Qué te puede hacer peor? —Preguntó Nayeon con una sonrisa burlona y aire confiado.

— Que tengo sexo inconscientemente cuando duermo, sin importar con quién.

— Que tengo sexo inconscientemente cuando duermo, sin importar con quién

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-Ꭺᥴtᥙᥲᥣιzᥲᥴιóᥒ: 𝟸𝟸 ᑯᥱ ᥲgσ᥉to

⌜ Sexomnia & Parasomnia ⌟ || MinaYeon Donde viven las historias. Descúbrelo ahora