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— ¿Qué? ¡Oye, suéltame idiota! —El cuerpo de Mina sobre el de ella le impedía totalmente cualquier movimiento—. ¿Qué mierda te pasa?
Mina no contestó. Por un momento Nayeon pensó que la mayor estaría bromeando, pero el silencio y la desnudez contraria lograban desechar esa idea. Ella intenta mirarla a los ojos, pero su cabello se lo impedía, miró hacia abajo, no esta segura porqué, pero comenzaba a sentirse asustada. La mayor parecía ¿dormida?
— Mina... —Le habló moviéndola un poco de sus brazos. Pero no respondió. Siguió en la misma posición, sobre ella y su rostro perdido—. Mierda, Mina, basta, hasta dije una mala palabra por tu culpa... —De un movimiento demasiado repentino, sus manos fueron arrastradas hasta quedar sobre su cabeza, y los brazos de la menor terminaron extendidos en su contra. Mina se encargó de sujetarla con fuerza, demasiada. Levantó su rostro, hasta dejarla por fin frente al de Nayeon y ella ve que los ojos de Mina estaban oscuros, y su melena se ceñía a su frente.
— Vuelve a decir mi nombre... —Su voz sonó grave. Más ronca a comparación de su dulce timbre—, y te follaré duro y sin compasión —Oye y el cuerpo entero de Nayeon tembló por la amenaza.
¿Ella está hablando en serio? Nayeon comienza a preocuparse más de lo debido.
— Mina, deja de jugar. Si esto es una broma, quiero decirte que no es graciosa, porque... —Una de las piernas de la mayor se colocó entre las de ella y las separó de golpe, interrumpiéndola.
— Te lo dije... —Musitó.
— ¿Qué? Oye no, yo... —Uno de sus dedos se posicionó en su boca, mientras la otra mano la siguió sujetando. Y ahora sí, se asustó. Mina esconde su rostro en la curva de su cuello y ella siente un escalofrío cuando la punta de una cálida lengua recorrió su piel fría, sin ninguna clase de gracia o mentira impregnada en el acto.
Como si Nayeon no fuera su mejor amiga, o como si no fuera simplemente Nayeon, la intocable.
Intenta liberarse pero Mina toma resistencia demasiado fuerte. La menor maldice, ahora es cuando odia que la idiota de su unnie tenga una tenacidad preeminente y no pueda simplemente sacarla ya que ella no posee lo mismo. Nayeon comenzó a llamarla, pero su dedo le impedía hablar con claridad.
La azabache descendió su cabeza, pasando su lengua por su piel. Depositó una mordida descuidada en su clavícula que logró erizarla por completo, justo en su punto débil.
Apartó la mano de su boca.
— Myoui, ya. Quítate... —Ordena tiriteante en cuanto quedar liberada. Pero ella solo la ignoró y colocó su rodilla sobre el lugar menos apropiado—. No Pengu... —Comenzó a masajearla, pasando brevemente con movimientos circulares—, no toques... Allí —Ella suspiró con voz baja. Mina seguía acariciando con la rodilla, cambiando ahora su trayectoria y haciéndolo de arriba a abajo. En eso ella siente sus mejilla calientes, se sentía bien—. Mina no... Ya-ya deja... —Rogó con voz temblorosa. La mano entera de Mina ahora se movió a rodear uno de sus pezones encima de la ropa, obligándola a jadear—. ¡Myoui Mina! —Ella cierra un poco sus ojos por inercia, para luego abrirlos de golpe, aún no puede sucumbir—. Mi...nari ya, esto no...
