CAPÍTULO 3

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Abrió sus ojos lentamente, viendo como un techo que nunca vio en su vida estaba encima suyo, el lugar en el que estaba tampoco lo conocía, entre los confusos recuerdos que tenía del día anterior recordó vagamente lo sucedido.

Era el palacio en donde estaba, el dormitorio en donde se encontraba era el doble de grande que el suyo, poco le importó eso, quería volver a su vida anterior, y creer que nada de lo que sucedía, anhelaba estar entre los brazos de su madre mientras que esta le decía que todo era mentira, haría cualquier cosa por tener algún momento así, pero la realidad siempre es mucho más dura de lo que uno desea.

Siempre había soñado como seria su vida perfecta, junto con una persona que de verdad amara y este lo hiciera de igual forma con la que el lo haría, vivirían cerca de un lago o playa, donde los climas fuesen cálidos y acogedores, tendría varios amigos con los que pasaría variadas cosas divertidas, tendría dos hermosos perros, siempre quiso uno blanco con uno de color negro, su hermana estaría sana y sonriente todos los días, nunca habría conocido su clan y todo sería tan perfecto como el quisiese que las demás personas envidiarian la vida tan feliz que llevaba, siempre soño con eso. En cambio la vida le había dado todo lo opuesto, su hogar se encontraba en una montaña casi nunca concurrida y fría, no tenía ni amigos, cuando iba a la escuela lo odiaban e hacían cosas horribles en su contra, su hermana estaba entre la vida y la muerte todos los días, su madre lo vendió a su clan, podría decirse que con cada día que pasaba era aún mas infeliz que el día anterior.

Oyó el sonido de la puerta abrirse, dejando ver a un joven de cabellos rosados, llevaba varias marcas negras que recorrían todo su rostro y cuerpo, sus ojos tenían un tono escarlata, por como iba vestido, supuso que era Sukuna, desvió su mirada de el, no esperaba que fuese tan joven, pero eso no iba a borrar que lo odiara con cada célula de su cuerpo.

Se acerco hasta el, sintió asco cuando se sento cerca suyo en la pequeña butaca que estaba al lado de la gran cama.

—Veo que te encuentras mejor que ayer Fushiguro— su voz era bastante profunda, le molestaba su presencia, pero no le podía prohibir estar allí, tenía hasta mas derecho que el, era su hogar.

Hogar, aquella palabra le sonaba tan distante, era como si fuese la única persona en el mundo sin uno en ese momento, su tristeza parecía indefectible, pero tampoco era como que hubiese algo para cambiarlo, también se volvio caviloso en poco tiempo, su autoestima era tan baja que con cualquier cosa que le dijesen se pondría mal.

—Vete de aquí— logró decirle, para el Sukuna era la persona mas ominosa del mundo entero, no tenía ganas ni de conocerlo, sentía que para el Alfa el solo era una bagatela.

—No me iré hasta que al menos logres sonreír —era demasiado molesto para el azabache que le dijera eso, al menos se había puesto en su lugar? Lo dudaba, de hecho tal vez nadie lo haría por pensar que todo en su vida iba perfectamente bien, sabía que una sonrisa apócrifa sería demasiado notable, o ni podría tal vez lograr eso. Solo quería hundirse en su propia miseria, porque nadie entendía eso?.

—Bien entonces quedate ahí hasta que ya no aguantes y tengas que largarte —era muy temerario como para decirle eso al mismo emperador, este por su lado solo rió al escuchar lo que dijo, casi nunca tenía la oportunidad de que alguien sea tan osado como para hablarle de aquel modo.

—Entonces lo tomaré como una apuesta—se acomodo en la butaca demostrando que se quedaría mas tiempo, notó como el azabache se enfureció, cuando se giro a verlo. Su ceño estaba fruncido, se dio cuenta que hacerlo enojar era tarea muy fácil.

—Te dije que te fueras, idiota! —le lanzó una almohada, hubiese querido acertarle en el rostro, pero lo detuvo con su mano, tenía una sonrisa en su rostro la cual quería borrar, quería liberar su odio hacia las cosas con cualquiera que le se atravesará, se abalanzó hacía el, y lo tiro al piso, pero cayó junto con el porque lo tomo por la cintura casi al instante fue a por él.

A tu lado [Sukufushi]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora