El día de la terrible tragedia, ni Ieri pudo salir ilesa aunque la única con suerte de seguir con vida.
Justo cuando los Alfas iban a volver a su clan con la pequeña niña, la habían descubierto detrás de la puerta, estaba tan horrorizada por toda la escena del lugar que sus piernas no le respondieron a tiempo como para salir corriendo, pero si lograba esa hazaña igual tendría el mismo final o inclusive uno aún peor.
La torturaron por varios minutos, no llegaba a sentir dolor por el shock del momento, sintió que su vida se acababa en aquel instante cuando la golpearon con una fuerza increíble en el cráneo, no podía ver a su alrededor por la sangre que traía en los ojos, y tampoco sentía ninguno de sus músculos o huesos los cuales cuatro los tenía rotos.
Estuvo tirada en el suelo por varias horas, se desmayó poco después de que los Fushiguro fueran de vuelta a su clan luego de creer que había muerto. Su pulso estaba tan bajo que cualquiera lo creería, y con su rostro casi desfigurado era difícil no creer otra cosa.
Tuvo la esperanza de que alguien viniese a la casa, pero eso nunca sucedió, dejó de engañarse a sí misma, pedir que alguien llegase de la nada era como pedir que los cerdos volarán.
Se levantó del suelo como pudo, era una tarea tan simple pero fue como el mismo infierno el hecho de solo moverse, todo su cuerpo temblaba al mínimo movimiento por el dolor que sentía, desde la sala en la que estaba podía ver como se asomaba la sangre de la otra habitación donde mataron a madre e hija, de la tristeza de sus ojos brotaron lágrimas con la sangre que había en estos, le aclararon la vista y todo el lugar era aún más horrible, cada una de las cosas las destrozaron, si tenían la oportunidad tal vez hasta lo incendiarían.
Quitarse la vida sería una opción estupenda, a pasos lentos y dolorosos se dirigió a la cocina, quería dejar de sentir tanto dolor, era insoportable hasta respirar por dos costillas que tenía rotas, al inhalar aire estas se clavaban en sus pulmones, en cualquier momento se romperían, así lo sintió, uno de sus ojos solo lo podía abrir en la mitad, la golpearon demasiado.
Tomo un afilado cuchillo, se lo encajaría en la cabeza y dejaría de existir, nadie sabría lo que paso en aquella montaña hasta que tal vez el olor de sus cuerpos pudriéndose llegaran hasta un pueblo que estaba ubicado bajando la gran montaña. Nadie lo sabría ni siquiera Megumi.
Megumi, el tampoco lo sabría, quizás nunca sabría lo que paso, de seguro creería que dejaron el lugar y se fueron sin importar lo que le sucediera al azabache. No, no dejaría que eso sucediese, el tenía el derecho de saber lo que ocurrió aunque la notícia lo devastara de por vida, eso sería mucho mejor a guardar un rencor que nunca tuvo que existir.
No se quito la vida por el azabache, le tendría que contar todo, pero como iría hasta una ciudad que estaba a cientos de kilómetros y más aún estando casi a un paso de morir.
Lenta y dolorosamente llegó hasta el baño de la casa casi destruida en su totalidad. Tuvo suerte de encontrar varias cosas que le ayudarían, en el piso se hallaba la morfina que le daban a Tsumiki para aliviarla con su enfermedad, se sintió profundamente triste al recordar su cuerpo magullado junto al de su madre, fueron unas personas tan buenas y amables, pero tuvieron unas muertes tan horribles que nadie merecía.
Tuvo que ser fuerte para no terminar con todo y tirar todo el esfuerzo que hizo a la basura, la morfina tardaría algunos minutos en hacer efecto pero no podía perder más tiempo en el lugar, se sintió una verdadera inútil al no poder ni mover sus cuerpos y darles un entierro digno, pero la realidad era que a duras penas podía mover el suyo.
Salió de la casa tratando de no llorar, no le serviría de nada, llorar no las podría traer de vuelta a la vida y solo gastaría sus fuerzas. Suprimió su dolor y bajo la montaña, la morfina se encontraba haciendo efecto ya, pero seguía contándole respirar, llevo consigo cinco frascos más que no se habían roto cayendo al suelo. También llevo consigo algo de dinero que necesitaría más adelante para pedir un transporte que la pudiese llevar hasta la ciudad donde estaba el emperador.
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A tu lado [Sukufushi]
FanfictionAl chile la verdad no que que colocar aquí, bueno pasen y lean esta historia espero que les guste.