Tres días en completa agonía y sufrimiento pasaron, la noticia no le afectó tanto en día que se lo dijeron, le había afectado más pasando el tiempo, tenía que hacerse la idea de que nunca más las vería e Ieri estaba tan herida que era difícil poder decir con certeza de que podría curarse o salir con vida.
En todo ese tiempo se acerco mucho más a Sukuna, este le ofreció atacar y hacer pagar a su clan pero se negó rotundamente, algunos de sus miembros no tenían nada que ver y otros ni siquiera eran personas malas, solo sufrían estando allí, quería sacarlos del lugar algún día, no se merecían lo que les sucedía, el alfa se sorprendió por su respuesta, a pesar de todo lo que le ocurría seguía teniendo empatía y preocupación por los demás, pero no le dijo nada más.
Uraume volvió al palacio en ese día, lo extraño en ese tiempo, solo era uno de los sirvientes pero se convirtió en uno de sus primeros amigos, le gustaba charlar con el desde que se conocieron y era amigable.
Se alegro al verlo, el de cabellos blancos moteado con rojo también, nunca fue muy social con los demás, pero logró llevarse de maravilla con el omega.
Pasaron toda la tarde juntos, hablando de lo que Uraume estuvo haciendo desde que salió, se entristecio al escucharlo hablar de que fue a visitar a su familia y lo contestó que se puso cuando los volvió a ver, el ya no tendría aquella suerte, claro que no tenía ganas de comentarle lo que le sucedió, le dolería mucho más de lo que ya hacía.
Su día transcurrió como todos los demás, no hacía mucho realmente, iba junto al Alfa cuando se comenzaba a sentir solo, no sabía el porque lo hacía, pero al de ojos escarlata no le molestaba en lo absoluto.
Le gustaba cuando se sentaba a su lado y se recostaba en su hombro mientras agarraba su brazo, era muy tierno verlo de aquella manera y más aún cuando puchereava al no poder prestarle atención por tener demasiado trabajo y papeleo el cual completar, sin embargo siempre pasaba tiempo consigo, podría pasar todo el día solo estando con él.
—Megumi, porque no vas junto a Inumaki o quizás Uraume, cuando terminé te llevaré a un lugar que tal vez te guste— sabía que no aceptaría en la primera, cuando más tiempo pasaba en el palacio lo comenzaba a conocer mejor, era algo caprichoso y en ocasiones hacía hasta berrinches cuando no se le cumplía con alguna tontería que pidiera. Al final terminó aceptando y salió de su oficina, paseo por todos los pasillos buscando a alguien con quien poder pasar el rato, se aburría fácilmente cuando se separaba de Sukuna.
Caminando por el lugar llegó hasta un pasillo oscuro y algo sucio, ningún rastro de que alguien pasará por allí existía, se le hizo algo extraño y siguió por el lugar, no le agrado en lo absoluto como se sentía el suelo en sus pies descalzos, nunca llevaba sus zapatos y raras veces llevaba medias, el suelo estaba lleno de polvo, iba a volver pero a lo lejos pudo ver como una puerta se encontraba allí.
Camino hasta ella, la gran puerta estaba repleta de polvo al igual que el suelo, jalo de la manija pero se hallaba cerrada con llave, oyó algo caer desde dentro lo cual se asusto bastante, nadie se encontraba cerca y si algo le ocurría nadie lo sabría por lo que salió corriendo.
Como el kimono que tenía puesto le quedaba algo grande, cayó torpemente unos metros despues de comenzar a correr, para su suerte Uraume rondaba cerca y pudo verlo desde el otro pasillo.
Camino rápidamente para llegar hasta el azabache, le ayudó a levantarse, como los suelos eran lisos no le obtuvo ninguna herida, eso le alivio al de blanca cabellera.
—Fushiguro-sama se encuentra bien? Porque vino a estos lugares?
Realmente no supo que responderle, estaba aburrido y olvidó que lo buscaba.
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A tu lado [Sukufushi]
FanfictionAl chile la verdad no que que colocar aquí, bueno pasen y lean esta historia espero que les guste.