Capítulo 9: Incapacidad

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Después de un mes, Fluke y Ohm parecían llevarse mejor, pero el más pequeño aun no podía olvidar que el matrimonio era falso, intentaba abrir su corazón pero aun estaba demasiado herido por los acontecimientos, entre el pueblo de Ohm y su gente la relación eran a lo que la prensa llamaba excelente, las sutiles caricias, abrazos y miradas que se daban hacían parecer ante todos que de verdad estaban enamorados; pero a puerta cerrada cada quien iba por su lado, como si fueran completos desconocidos y eso le dolía aun mas, porque lo quisiera o no empezaba a enamorarse de su esposo del desierto.

Ohm por otro lado, cada noche no dejaba de pensar en la suave piel y en la mirada de anhelo de Fluke, la sonrisa que le daba a su pueblo y la pasión con la que trabajaba era algo que lo enfurecía, quería eso para él.

-Ohm vamos... alégrate ya no tendrás que matarlo por convertirse en tu esposo- decía Boun que sabía le frustraba a lo grande ese pequeño doncel.

-¡Ya basta Boun! No entiendo como se pudo enamorar de ti el amigo de Fluke... eres insoportable.

-La verdad yo tampoco- sonriéndole con sarcasmo- Pero lo hizo... ¿Ha pasado algo entre ustedes?- diciéndolo con curiosidad.

-¿Tu qué crees?- suspirando- Somos dos completos extraños cuando estamos solos...

-Tú mismo dijiste que no lo ibas a querer...- viendo como su amigo lo fulminaba con la mirada- ¡No me veas así!- cruzando sus  brazos- Sólo estoy repitiendo lo que tú mismo dijiste... amigo mío, el orgullo es un mal consejero... si empiezas a sentir algo por tu esposo...lo mejor que puedes hacer es profundizar en ese sentimiento.

-¿Si me niego?

-Entonces lo mejor será que lo dejes libre... por lo que Prem me dice sin pensar... tu esposo tiene miedo de ti.

-¡No soy un demonio!

-No, no lo eres... pero cada vez que lo vez tienes una mirada como si quisieras matarlo ¿cómo quieres que interprete eso?

-¡No lo sé!- diciendo frustrado- No puedo dejar que se aleje de mi... quiero tenerlo en mis brazos que se acomodan perfecto a él... y besarlo hasta que me quede satisfecho... yo...- jalando sus cabellos.

-Amigo... caíste duro por él- sonriendo.

-¿Tú crees?



Días más tarde, en el estudio del palacio donde por el momento vivían, veía a su doncel concentrado leyendo un libro, no lo había oído entrar. Cuando se levantó a dejar el libro en su lugar, lo vio observándolo detenidamente, se acercó a Fluke cauteloso, le acarició los labios y empezó a besarlo; a pesar de que al principio se resistía, se dejó llevar por las sensaciones que empezaba a sentir, lo fue acercando al escritorio levantando su camisa y disfrutando de la sedosidad de su piel, él sólo se agarraba a su cuello para no desvanecerse.

-Eres tan hermoso que es imposible no soñar contigo- tumbándolo en el escritorio y besando su abdomen.

- Ohm...- susurrándole.

-No pienses Noo- escuchando el sonar del teléfono.



Después de eso, Fluke salió del estudio dejándolo con la sangre caliente y su sabor en los labios, parecía que algo le impedía consumar el acto y eso lo encontraba gracioso e irritante a la vez. Cada vez que intentaba acercarse, Fluke le cambiaba la conversación o hacia otra cosa para que no lo besara o lo mirara de una forma que a él le causaba estragos en el estómago, a pesar de que a veces sentía matarlo.

La distancia entre nosotrosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora