Ambos ya habían tomado el avión. El pelirojo iba leyendo una revista, mientras que Clark leía los papeles donde explicaban toda la entrevista y la mayoría de preguntas que les harían.
—Bien, lo bueno es que yo sé todo sobre ti, pero lo malo es que tienes cuatro días para saber todo sobre mí, así que si, probablemente debas estudiar.
—Entonces.... —le quita los papeles y lee un par de preguntas— ¿Conoces todo sobre mí?
—Te asusta ¿no? —mira por la ventana del avión.
—Quisieras —aclara su garganta— a ver, ¿A qué soy alérgico?
—Al maní y a todo el espectro de los sentimientos —responde de forma burlesca.
—Ah, eso es gracioso, ja, ja —busca otra pregunta— ésta te gustará, ¿Sabes si tengo cicatrices?
—Estoy muy seguro de que tienes un tatuaje —lo mira.
—¿Estás muy seguro?
—Muy seguro. Hace dos años tu dermatólogo llamó para tu cita láser. Yo lo busqué en internet y encontré que...
—Elimina tatuajes —dijeron al mismo tiempo.
—Pero tú lo cancelaste después —el omega lo mira de reojo— ¿Qué será? ¿Nativo? ¿Caligrafía japonesa? ¿Alambre de púas? ¿Una chimichanga?
El pelirojo puso sus ojos en blanco y miró con enojo al alfa.
—¿Sabes? Es interesante experimentarte así para mí —finge sonreír.
—Gracias —vió al pelirojo leer más preguntas— pero tendrás que decirme dónde está para poder contestar todas las preguntas.
—No lo voy a hacer ya que ya se acabó esa pregunta —dijo entre dientes— la siguiente... la siguiente... —pasó las páginas— ¿En qué casa vivimos? ¿Tuya o mía? Sencillo, la mía.
—¿Y por qué no en la mía?
—Porque yo vivo en Central Park oeste y probablemente tú vivas en un escuálido departamento y uses vasos de plástico —respondió con disgusto sin dirigirle la mirada.
Obviamente lo que dijo molesto mucho al alfa.
La azafata anunció a todos los pasajeros que se abrocharan el cinturón, pues aterrizarían muy pronto en Juneau.
—¿Juneau? —preguntó mientras se ponía su cinturón— creí que iríamos a Sitka.
—Así es —fue cortante.
—¿Y cómo llegaremos a Sitka?
Las preguntas del omega pelirojo fueron contestadas cuando tuvo que bajarse y subirse a un vuelo clase económica hacia su destino. El pelirojo no dijo ni una sola palabra durante todo el viaje y el alfa se puso a leer las preguntas que posiblemente les harían.
Cuando el avión aterrizó, el alfa de gafas miró por la ventana. Vió a su abuela sosteniendo un gran letrero rojo, y junto a ella estaba su madre con uno muy similar mientras gritaban su nombre.
—Si, mi hogar... —se arrepintió de inmediato de haber llegado allí con su endemoniado jefe.
Ambos bajaron del avión. El alfa inmediatamente se acercó y no dudó en ir a abrazar a su abuela y a su madre, mientras que el pelirojo bajaba de muy mal humor y se sostenía del barandal de la escalera del avión, un alfa lo intentó ayudar pero éste hizo un ademán de qué no necesitaba ayuda alguna.
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La propuesta
RomanceAlexander Joseph Luthor (conocido cómo Lex Luthor) es un poderoso y estricto omega editor de gran éxito de Nueva York que, por un problema con su visado, de repente se enfrenta a ser deportado a Irlanda, su país de origen. Para evitarlo y poder mant...