Capitulo 6

159 21 10
                                    

Todos celebraban la gran noticia, comenzando a abrir botellas de champaña y llenando copas para darlas a todas las personas que estaban ahí reunidas.

—¿Esa es tu idea del momento perfecto para decírselos? Porque fue muy brillante, muy oportuno —susurro en voz baja al alfa.

De pronto una peliroja de ojos azules se acercó sonriente a ambos.

—¡Clark, hola! —saludó amablemente.

—¿Mh? —se voltea— ¿Lois? ¡Qué sorpresa, hola! —se apresura a abrazarla y ésta le corresponde el gesto— que alegría encontrarte, no sabía que ibas a estár aquí.

—Bueno, tu madre quería que fuera una sorpresa —aclara— así que... ¡Sorpresa! —hace un pequeño gesto con sus manos, luego voltea a ver al omega pelirojo— y estamos siendo muy groseros, hola —le sonríe a Lex.

—Oh, si...—mira al pelirojo y no sabe cómo presentarlos sin ser tan incómodo— si, si... Lex, ella es mi... Eh... Lois —dijo con incomodidad.

—Sólo dime Lois estrecha la mano de Lex y luego mira a Clark— felicidades, enserio ¿Me perdí la historia?

—¿Qué historia? —preguntaron al mismo tiempo, estando ambos muy confundidos.

—De cómo se lo propusiste —responde mirando a Clark.

—La propuesta de un alfa dice mucho de su carácter —agrega la omega de cabellos blancos.

—De hecho me encantaría escuchar esa historia —se sienta en el sofá junto a su suegra— Clark, ¿Nos la cuentas?

Lois se sentó junto a las dos señoras y entre todos esperaron con ansias la historia romántica de ambos.

—De hecho a Lex le encanta contar esa historia —camina delante del pelirojoasí que voy a dejar que él lo haga. Siéntanse en suspenso —se acomoda en el sofá donde estaba su abuela y su madre y sonríe al ver al pelirojo en aprietos.

—Vaya... —finge una sonrisa— por donde podría comenzar... La historia... —miró fijamente al alfa de gafas y luego a la familia, la cual ya estaba casi toda ahí reunida esperando a que contara la historia— vaya... Si... Okey... —mira de nuevo al de ojos zarcos— ...Clark y yo íbamos a celebrar nuestro primer aniversario cómo pareja —dijo lo primero que se le ocurrió— y yo sabía que estaba ansioso por pedirme que nos casaramos, estaba asustado —sonríe al decir lo último.

Jonathan se había acercado a escuchar la dichosa historia también.

—Petrificado.

—¿Enserio? —rueda sus ojos y niega.

—Así que comencé a dejarle señales aquí y haya porque sabía que no tendría el valor de hacerl... —es interrumpido por el contrario.

—No fue en teoría lo que pasó.

—¿No? —alza una ceja, viéndolo con burla.

—No —mira a toda su familia y a varios invitados— porque si me dí cuenta de sus señales, y éste omega es casi tan sutil como un cañón —los presentes ríen— lo que me preocupaba es que el pudiera encontrar esa pequeña caja...

—Ohh, la caja de papel que el armó, donde se tomó el tiempo de cortar pequeñas fotos de él mismo —todos se sorprenden y conmueven al mismo tiempo— y además las pegó por toda la caja. Es tan hermosa, así que abrí esa pequeña caja y volaron lindos corazones de confeti que él hizo a mano. Y cuando se dispersó, ví el fondo y ví la más hermosa y enorme...

La propuestaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora