Capítulo 3

164 21 88
                                    


Capítulo 3

Rubí

—Eso no es posible —digo sintiendo un gran dolor en mi pecho— ¿Cierto, Arthur? —pregunto con la esperanza de que diga que no. Es que... No puede ser verdad.

—Rubí, no hay tiempo —contesta él y no sé como tomarlo, debo guardar estos estúpidos sentimientos para después—. Jane, si no vienes, ahora nos iremos solos. —exige Arthur, a lo que ella le devuelve una ligera mirada melancólica y entra a la habitación a hacer sus maletas.

—Necesito una explicación —Lo miro directamente a los ojos, él solo empieza a negar con la cabeza.

«Joder di algo idiota.»

—Cuando escapé de la policía y de Dominus, los Gambino me acogieron un tiempo, ni siquiera mis padres me encontraron. Me oculté unos meses aquí y pues estuve con Jane, luego escapé de aquí también. Nunca terminamos nuestra relación, pero le prometí que regresaría por ella.

—Entonces, ¿son novios?

—No.. No siento nada por ella.

—En tal caso, ¿qué hacemos aquí?

—Estamos aquí porque se lo prometí. —bufo en protesta.

—Nos está retrasando.

—Rubí, ¿quieres ser más comprensible?

—¿Así como tú fuiste conmigo? Claro que no. Estamos perdiendo el tiempo.

—Ella nos va a ayudar.

—Más le vale, porque sino, la saco de aquí. —Arthur entrecierra sus ojos al mirarme, se acerca a mí y esconde un mechón detrás de mi oreja—. Esto no cambia nada entre nosotros, Rubí. A la única que odio amar es a ti, no te pongas celosa.

—No estoy celosa. Nos van a matar, imbécil. —le reclamo intentando ocultar los celos y concentrarme en lo importante: escapar.

—Bien... —dice Arthur dudoso y aparto la mirada desesperada.

—No sé si sepas, pero vamos a morir si sigues buscando ropa que nosotros ni tenemos. —expreso, metiendo mi cabeza en la habitación.

—Joder, está bien. —contesta Jane con un entusiasmo mezclado con preocupación que me deja descolocada.

¿Acaso no entiende la situación? ¿Cómo puede estar de tan buen humor?

Termina su mochila improvisada y nos da una mirada a ambos algo... ¿Confundida?

—¿Arthur quién es ella? —pregunta con interés.

—Soy su—

—No hay tiempo. —me interrumpe Arthur—. Tenemos que irnos. ¡Ya!

Jane nos dice hacia donde tenemos que ir. Podemos escapar solo si llegamos al edificio de al lado y saltar el muro. Caminamos hasta llegar a las escaleras y aceleramos el paso, pero un estruendo resuena por todo el lugar y me pongo tensa inmediatamente.

«Ya nos deben estar buscando.» Cruzo una mirada con Arthur y empezamos a caminar más rápido —con Jane detrás de nosotros, claro.— Subimos las escaleras casi corriendo e intentando no hacer ningún ruido. En el último piso se encuentra el otro lote de la casa, por ahí podemos escapar. Pero otro estruendo hace que nos detengamos en seco, se escuchó mucho más cerca.

—Nos están buscando. —susurro, mientras me apoyo contra la pared de las escaleras—. Tenemos que ocultarnos.

—Podemos llegar hasta allá por las mazmorras. —Sugiere Jane, mientras saca un arma de su mochila, le da una a Arthur y se queda con otra.

Sed de sangre [Libro #2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora