Capítulo 6

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Capítulo 6

Rubí

Oculto mi rostro bajo las sábanas, estaba bastante cansada por todos y por haber dormido a las 5 de la mañana, no había sido buena idea. Intento levantarme, pero me quedo completamente quieta cuando unos brazos me aprietan, giro la cabeza y veo a Arthur atraerme hasta su pecho.

—Son apenas la una de la tarde, puedes dormir un poco más.

—Ya no quiero dormir un poco más.

—No, pero tienes que dormir un poco más, Rubí.

—¿Por qué?

—Porque yo lo digo.

—Tú no mandas. —intento levantarme, pero Arthur hace aún más fuerza.

—Quieta.

—No quiero estar quieta.

—Quieta.

—Bueno. —murmullo y me vuelvo a dormir, solo que mucho más cómoda gracias al calor corporal de Arthur. La luz ya no me molestaba tanto, ya que estaba ocultando mi cabeza en su cuello y olía muy bien.

—Buenas noches, pequeña.

—Hace mucho que no me decías así. —le digo.

—Lo sé.

—Es lindo, me gustaba cómo eras antes.

—Sí... Cambié bastante desde lo que pasó.

—Al igual que yo.

—No te recordaba tan vengativa.

—Hasta de nombre cambié. Pero, me pregunto, qué habría pasado si no hubiera ido a la cárcel... ¿Quién soy en realidad? No me conozco en absoluto.

—Yo... Siempre he visto que te gustaba dibujar, inconscientemente te he visto ordenar la oficina, arreglarla... Creo que el diseño de interiores te hubiera ido bien.

—¿En serio? —pregunto entusiasmada, la idea de vivir otra vida se había metido en mi mente.

—Sí, me enviaron a muchas escuelas a descubrir el talento de los adolescentes. Observándote, creo que ese hubiera sido el tuyo... O una vengadora, quizás.

—Seguro que sí, he fracasado con mi sed de venganza.

—Esta vez no pasará, todo saldrá bien. Salvaremos a Dom y estaremos juntos. ¿Confías en mí?

—Sí, pero no confío en el destino, me ha jodido la vida muchas veces. Nada me asegura que está vez será diferente. —Arthur no vuelve a decir más, me acuesto en su pecho y los ojos se me vuelven a cerrar.

*

No sabía qué día era, bueno sí, pero es que pareciera que ha pasado una eternidad desde que me dormí. Estaba bastante cansada y lo mejor era que Arthur se había quedado conmigo, aunque él ya estuviera despierto.

—Buenos días. —le saludo.

—Buenos días, dormilona, que bueno que ya estés despierta.

—Sí... ¿Qué hora es?

—Las 6, ya tenemos que levantarnos.

—Creo que sí, hoy llegará Alexa.

—Cuando dijo idiota, ¿se refería a mí?

—Sí, ella te odia, me motivó a vengarme de ti.

—Mhmm, ya veo.

Me levanto de la cama, voy a bañarme, me cambio y salgo a la sala. Kart, Arthur y la rémora estaban sentados en el sillón haciendo absolutamente nada, como si hubieran tenido una conversación incómoda.

Sed de sangre [Libro #2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora