Memories Of A Criminal [Y.M] [#2] [✓]

1

«Toda historia de tragedia tiene un inicio y esta es la de un pequeño chico que a los diez años quedó huérfano tras un incendio en su casa. Al tener esa edad nadie lo quería adoptar, pues todos buscaban pequeños niños o bebés.

Pero un milagro llegó él al tener once años fue adoptado por una familia de hombres los cuales lo amaron como su propio hijo, no les importaba que no fuera de su sangre. Ese niño con el tiempo creció y amó a su familia, pero la desgracia llegó cuando su padre omega murió y quedó solo con su padre alfa.

Ese hombre, para que su hijo no lo viera sufrir, lo mandó a vivir a otro lugar donde actualmente vive, donde lo conocí a él, donde todo inicio.»

Octubre 20.

«Aún recuerdo la primera vez que lo vi entrar por aquella puerta de la biblioteca, él lucia tímido y tan inocente, recuerdo que traía sus lentes de lectura y unos libros en sus manos.

Recuerdo que al ingresar su aroma me llamó la atención y acercarme a él, era lo único que pensaba hacer mi animal interior y tal parece que yo también.»

***

—Hola. —le dijo el rubio.

El chico miró al rubio y lo observó esperando a que el hombre frente a él dijera lo que quería, el alfa al sentir la mirada del omega sonrió tímido. El omega cerró el libro para seguir esperando la respuesta a lo que el alfa quería pedirle.

—Vi que leías sobre The sea creature. —Sonrió el alfa.

—Es un buen libro. —dijo el omega. —¿Ya lo ha leído? —le pregunto curioso.

—Sí. —se atrevió a sentarse en la silla. —solo que siento que el inicio es sin sentido.

—Sí, pero recuerda que al seguir leyendo vas entendiendo más. —lo vio. —y ahí vas viendo la obra de arte que es.

—Soy un poco torpe en cuanto a la lectura. —Sonrió el alfa. —Soy más de lectura ligera.

—Soy Jimin por cierto. —dijo el omega. —Park Jimin ¿Y tú?

—Min Yoongi. —le sonrió. —Es un placer conocerte Jimin.

«Él era simplemente hermoso, él era todo lo que necesitaba si quería conseguir mis objetivos, él era la presa perfecta para volverme el rey que tanto desea ser.»

—¿Quieres ir por un café? —preguntó el alfa. —Claro si no tienes ningún problema.

—Me encantaría ir a tomar un café contigo. —sonrió el omega.