Epílogo

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-Aclaremos esto, ¿Dibujaste una cruz en el malo con mi cruz? ¿Y se convirtió en polvo y se fue al Infierno, o dondequiera que vayan los vampiros malos cuando se convierten en polvo?

-Sip.

-Bueno, demonios. ¡Y nos lo perdimos! -Kara echó más azúcar en su café. Habían venido, de común acuerdo, al Country Kitchen den la Autopista Seis-. Sin embargo, nosotras salvamos a Theresa -admitió ella, poniéndose de mejor humor-. Fue bastante genial. Lena la hipnotizo. La hizo olvidar que alguna vez había conocido al idiota ese. Y fue buena cosa, estaba empezando a meter mano a la colección de armas de su padre de una forma realmente antihigiénica.

-Excelente -dijo Ava-. Simplemente excelente.

-¡Y arreglaste mi gargantilla! ¿Cómo? ¿Encontraste una joyería abierta toda la noche?

-Tengo algunas herramientas en la camioneta -dijo Sara, pareciendo modesta.

-Gracias otra vez por atraer nuestra atención a este desagradable asunto, Doctora Sharpe -dijo Lena-. De no ser por su escrupulosidad, él podría haber hecho mucho más daño. - Ava sacudió la cabeza.

-Ojalá me hubiera dado cuenta antes.

-Hiciste todo lo que podías. Más de lo que la mayoría de la gente habría hecho -le dijo Sara, apretándole la mano. Ava le devolvió el apretón, cuidadosamente, y le sonrió-. Oh, ¿Alguna vez te he dicho, que tienes la sonrisa más bonita?

-No. Parece ser una de las tantas cosas que has estado guardando para ti misma -bromeó Ava.

-Ya no más.

-Yo también tengo cosas que contarte -admitió Ava-. Muchas cosas.

-Bueno, tenemos tiempo en abundancia ahora. Podemos contárnoslo todo.

-No puedo esperar. Sara, yo... yo no creo que seas un niña con un enamoramiento.

-Creo que eso será lo más cercano a "yo también te amo" que vas a lograr - dijo Lena.

-En serio chicas, estamos justo aquí. -Kara ondeó la mano a través de la mesa-. Quiero decir, no van a seguir poniéndose ojitos, ¿verdad? ¡Consigan una habitación!

-Ya lo hemos hecho. Y será mejor que nos demos prisa, o mi nueva novia se convertirá en humo como ese pequeño imbécil.

-Horrible pensamiento. Doctora Sharpe. -Lena inclinó la cabeza hacía ella, y Ava se puso en pie junto al reservado y le hizo una pequeña reverencia. Sara se deslizó detrás de ella-. Sara. -Como ella no era su súbdita, Lena estrechó su mano-. Gracias otra vez.

-Fue un placer conocerlas -dijo Kara, estrechando sus manos. Ava comenzó a inclinarse ante ella, luego cambió de opinión (una mirada furiosa la advirtió oportunamente)-. Gracias por resolverlo, perseguir al tipo malo, y matarlo. Estoy intentando entender para que nos necesitaban -bromeó.

-Es bonito hacer nuevas amigas -contestó Ava, sonriendo tímidamente a la reina-. He estado sola durante bastante tiempo, pero fue mi decisión... una mala, ahora que lo pienso.

-Si, bueno, encantada de conocerte. - Ava miraba a la nueva reina con una expresión pensativa. -Puedes venir de visita siempre que lo desees

-Evitaba este área cuando Snapper estaba en el poder, pero ahora las cosas parecen ser muy diferentes. Me gustaría seguir en contacto.

-Nada nos complacería más -dijo Lena-. Buenas noches.

*

-Una cosa más -dijo Sara, cuando ella y Ava volvían a la camioneta-. Ya que estoy contándote mis más oscuros y profundos secretos, tengo otro.

-¿Si?

- Odio a los gatos. -Ava se rió.

-Se seria.

-Ava. Los odio. Por eso es no tengo ninguno.

-¡Tienes una docena!

- Bueno, no son míos. Sólo los alimento y los cuido.

-Creía que adorabas a los gatos -dijo Ava confundida-. Siempre me los traes y... ¡oh!

-Sí.

-¡Oh!

-Ajá. Ya ves, no eres tan lista como crees.

-Supongo que no -admitió Ava, se rió, y la besó.

Mordiendo a Simple VistaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora