Talbott Winger

568 34 5
                                    

Por petición de una chica, si hare más historia de este muchacho hermoso guapo. 

E de decir que ya lo había pensado, pero no tenía ganas de subirlo, pero disfrútenlo. Perdon por el título pero no se me ocurrió otra cosa

La reina y el águila

Era ese momento donde la impotencia y la inseguridad de abrumaba, cada que creáis que encontrabas una pista o algo, siempre pasaba que todo se iba al caño, sin importar tus esfuerzos de ser la mejor y para que maestros y compañeros te dejan de apuntar.

Te sentías tan estresada por todo, que lo único que hiciste fue huir hacia el bosque y llorar hasta que quedaste dormida recargada en un tronco viejo dentro del bosque.

No fue hasta que despertaste, por pequeños picotazos que recibías en la cabeza. asustada, despertaste, viendo que aquello que te picaba era un águila.

- ¿Que hace un águila aquí? - te preguntaste a ti misma en voz alta. viendo que aquella ave no parecía agresiva.

Con sutileza, alzaste tu mano para acariciarla. Al principio dudaste, pero al ver que el ave no hacia ningún movimiento, seguiste hasta lograr acariciar sus bellas plumas.

-Eres demasiado hermosa para ser un águila salvaje- le dijiste, viendo como el ave no dejaba de verte.

El ave empezó a señalar su pata, mostrando una pequeña nota atada a esta.

Con duda, la tomaste y viste que el ave no dejaba de estar a tu lado. Tu seguiste acariciándola mientras leías la carta.

Lamento si el ave te haya asustado, no tenía una lechuza disponible para poder mandarte esta carta. No quería asustarte ni abrumarte, pero me había preocupado al verla salir llorando del castillo.

Si es de consuelo, espero que mi ave te ayude.

Sonreíste antes sus palabras, te parecía un gran detalle su preocupación hacia a ti.

En seguida notaste que no tenía remitente la carta, por lo que buscaste por ambos lados del papel esperando encontrar su nombre para agradecerle, pero no encontraste nada.

suspiraste

-Supongo que a tu dueño se le olvidó poner su nombre- resiste un poco- Espero que no sea mucha molestia si le escribo de vuelta- miraste al ave sin esperar ninguna respuesta, solo un pequeño sonido, como si no le molestara.

-Espera un momento- le dijiste, buscando entre tu mochila tu pluma y tinta para escribirle de vuelta.

Agradezco tu preocupación y al mismo tiempo gracias, tu ave es muy bella y muy tranquila, nunca imagine el día en poder acariciar un ave tan majestuosa como la tuya, sino es mucha molestia, me gustaría saber tanto tu nombre como el de esta ave.

Ataste de vuelta la carta en su pata, esperando que vuelva de regreso hacia su dueño enseguida, pero al parecer aún no se iba.

-Supongo que aún me quieres acompañar- dijiste con una pequeña sonrisa, siendo su única respuesta un pequeño sonido.

Reíste a su respuesta, levantándome para caminar hacia el castillo, siendo escoltada por la majestuosa ave sobrevolando aun lado tuyo.

Al salir del bosque, el ave se alejó, dejándote sola con tu caminar regreso al castillo.

Al parecer nadie más se había dado cuenta de tu ausencia, ni que habías llorado, asique te preguntaste, quién era aquella persona que sí se percató.

Sonreíste para ti misma, estabas feliz por al menos tener una respuesta pronto.

Seguiste con tu día a día, esperando que apareciera el águila con la respuesta, solo esperabas que sea alguien a quien conocieras.

Hogwart Mystery |one-shots|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora