Cuando todo resulta bien.

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Desde ese día, Naruko vio a Shisui varias veces más. Siempre estaba en la mansión Uchiha, y los dos se llevaban espantosamente bien, en opinión de todos los demás. Su sonora risa resonaba por la mitad del ala de la casa, el chillido de sorpresa de Naruko interrumpiendo por más risas y un grito de indignación.

Era obvio que los dos se estaban haciendo amigos. La extraña personalidad de Shisui encajaba mejor con ella que con cualquiera de los parientes de su padre. Naruko finalmente había encontrado un amigo que podía manejar su humor macabro y su personalidad excéntrica, incluso si él era más de cinco años mayor que ella. Se hicieron más cercanos durante los últimos dos años de Naruko en la escuela secundaria, Shisui comenzó una pasantía en Uchiha Inc. Y se mantuvo cerca de la rubia neurótica.

Minato había estado un poco ansioso por el hecho de que Naruko se había hecho amigo de un hombre cinco años mayor que ella, pero resultó una buena influencia para ella. Se tomó su tarea mucho más en serio y comenzó a pensar mucho más racionalmente que cuando eran solo ella y Sasuke.

Shisui también la había animado a probar cosas nuevas. A la luz de sus descubrimientos, él la animó aún más a perseguir las cosas que disfrutaba. Este mismo estímulo es el que la llevó al camino del arte. Comenzó con dibujos, pero pronto pasaron a pinturas que presentó en exposiciones de arte en la ciudad y a través del sistema escolar. Para cuando llegó su graduación, ya recibió miles de dólares de premios de primer lugar y piezas vendidas en galerías de arte locales. Además de eso, tenía muchas más piezas para comenzar una vez que se graduó y pudo enviarlas a instituciones más grandes.

Con todo, Minato y Kushina no estaban realmente terriblemente molestos porque Naruko se había encontrado a sí misma como una amiga más madura. Por supuesto, más tarde reflexionaron sobre ese sentimiento y, a veces, lo encontraron deficiente.