𝗥𝗲𝗰𝗵𝗮𝘇𝗮𝗺𝗲 ；SunKi

Entender la realidad.

El ambiente era denso, cualquiera lo sabría con tan solo entrar unos segundos. 

Sunoo seguía en el mismo lugar desde que había entrado y Niki caminaba por todos lados, balbuceando cosas sin sentido para sí mismo. 

Los dos, encerrados en una habitación a causa del menor con conflictos sin formular en su cabeza. 

─Me cuesta creerlo. ─habló finalmente, posicionando su pesada mirada sobre el contrario─ me cuesta creer que solo fue por distraído. 

─¿Por qué te mentiría? ─alzó ambas cejas, con sus dedos cruzando tras su espalda comenzando a pedir a cualquier dios existente que tuviera piedad sobre él y Nishimura no descubra descubra mentira.

Estaba pecando y pedía ayuda a un dios, eres grande Kim. 

─Porque te conozco, Hyung, eres distraído pero siempre terminas volviendo mientras gritas y te mueves drásticamente pidiendo perdón casi de rodillas prometiendo no volver a hacerlo. ─farfulló, caminando hacia el más bajo─ suele tomarte horas, esta vez llevas casi cuatro semanas sin dirigirme siquiera el saludo de buenos días, así que, por favor solo dime que hice mal para tratar de corregirlo por el bien del grupo. 

─¿Es solo por el grupo que haces esto? ─frunció el ceño, comenzando a sentirse molesto y herido mientras un punzante dolor se atraviesa por su pecho. 

Riki pareció entender sus palabras, porque negó con su cabeza rápidamente. 

─Y por nosotros Hyung, por nuestra amistad, usted hace que me sienta bien, es la persona a la que recurro cuando siento que todo está mal. ─las pesadas manos del más alto pronto hicieron peso sobre sus hombros, empujándolo contra su pecho en un cálido abrazo─ Sunoo, haces que mi cuerpo se relaje y mi mente se calle. 

El mayor se mantuvo ahí, con el cuerpo de su amado envolviendo el suyo en fuerte desespero por volver a lo de antes, por ser como eran antes. 

Niki estaba ahí por él, demostrando y abriendo su corazón, aquel que pocas veces dejaba tomar el control de sus palabras. 

Entonces lo entendió, quizás Nishimura no lo amaba de la manera en que él lo hacía, pero su forma de amar era tan pura y deslumbrante que llegaba a estar en la misma altura. 

Ellos se correspondian, de distintas formas pero lo hacían. 

Esa noche, Sunoo pensó que ser rechazado por Nishimura Niki no sería tan malo después de todo.