Nockfell [𝐒𝐚𝐥𝐥𝐲 𝐅𝐚𝐜𝐞]

¿Quien eres?

13/Septiembre/2021

Narrador

Los apartamentos Addison, un lugar en el cual puedes habitar si apenas has llegado al pueblo de Nockfell. Puedes encontrar vecinos peculiares como ratas en los pasillos. Ten cuidado con las cosas raras que surgen en las esquinas de las paredes. Pero apesar de eso, el lugar era muy bueno. Algo raro, si, pero bueno, claro, si te pones a ignorar que sino limpias de ves en cuando tu departamento las ratas te van a secuestrar y poner a comer el moho que sale de este. En fin, cosas irrelevantes.

Por costumbre, el edificio es muy silencioso, claro, si no están dos par de jóvenes peleando como lo están haciendo en este momento.

—¡Te voy a matar!—grito un muchacho de cabello azul, corriendo hacia donde estaba su hermanastro, teniendo un bate en mano.

—¡Cálmate! ¡te juro que no fue adrede!— trataba de calmar a su hermano el metalero, acomodando su largo cabello trenzado para que no le estorbara en su intento de escape.

—¡Me vale mierda que no fuera adrede! ¡hoy duermes con cepillin!—.

Los dos jóvenes jotos se correteaban por todo el departamento. El Fisher menor llegó a romper varios cuadros que colgaban en los pasillos con el bate que traía, el joven Jonhson solo alcanzaba a darle unas patadas en el estómago al más bajo, pero en vez de calmarlo o detenerlo solo lo molestaba más.

Los padres de los dos solo veían como espectadores a sus hijos pelear con cosas filosas en mano ya que las otras cosas que tenían fueron arrebatadas por ellos mismos, la mujer de cabello castaño estaba preocupada por los menores, pero el hombre mayor se ponía a verlos mientras comía y bebía, pensando que eso era mejor que las tontas peleas más fingidas que las tetas de las primas de su ex esposa que pasaban por la televisión.

Los perdieron de vista cuando se adentraron al cuarto que les pertenecía, Lisa solo rezaba que Sal no hiciera lo que pensaba mientras tenía unas tijeras en mano. Henry solo se resigno a volver a ver la televisión cuando su show personal se fue a otro lado.

El peliazul tenía sujetado de la trenza a su hermano, arrastrándolo por el suelo, este solo se limitaba a gruñir del dolor.

—¡¿Querías morir?! ¡pues ahora lo tendrás!— cansado, llevo las tijeras cerca del cuello del más alto. Pero de un mal movimiento también su cabello fue agarrado por el contrario, jalandolo y tumbando lo al suelo.

Empezaron a jalonearse y morderse en el suelo, llegando hasta dejarse rasguñadas en los brazos. Larry se estaba cansando, sorprendido de la agresividad del más joven.