Nockfell [𝐒𝐚𝐥𝐥𝐲 𝐅𝐚𝐜𝐞]

Se me sube el muerto

1/Octubre/2021

Sal Fisher

Querría pensar que todo estaba bajo control y seria unos de mis pocos días normales.

Pero no fue así.

Lo supe en el momento en que se nos lanzarán unas ratas desde la alacena.

—¡Sal, mata la, ahí está!— gritaba la asustada Lisa al ver esas ratas con ojos como llenos de un líquido negro viscoso y la boca también de esta misma sustancia.

Larry ya estaba jugando con una como si fuera una pelota de fútbol, ya hasta la metió a una bolsa como si fuera portería.

Papá en otro caso, como podía trataba de golpear una con la escoba. Pero lo hizo tan fuerte que el palo de la escoba se rompió. Larry se burlo de esto.

Yo y Lisa estábamos en la tarea de matar a las que teníamos enfrente, no fue difícil ni fácil; fue espontáneo cuando estas se le fueron a Larry y se metieron en su cabello.

—¡Saca las, saca las, hijo de puta!— gritaba desesperado el castaño, pero ni me acerque ya que Lisa y mi papá ya le estaban dando de palazos a Larry.

Estaba en el suelo, dando vueltas como un perro mientras lo golpeaban con un palo y un trapeador. Yo solo me quede ahí, viendo algo desconcertado todo.

No tardaron mucho las ratas en irse, hasta sacaron a su amigo de la bolsa en que lo metió Larry para irse con él.

Que maravillosa bienvenida en este nuevo día, ¿no creen?

Tratamos de estar más calmados, relajar la euforia y regular nuestras respiraciones. Larry se quejaba de los golpes y Lisa regañaba a mi padre por la escoba rota.

Agarre un choripan, que a Lisa se le ocurrió la idea de hacer estos hoy, curioso ya que siempre nos da huevos o pan con leche. Me fui al cuarto y miré mi libreta.

Estaba el dibujo de una amapola medianamente detallada. Le faltaba color y más detalle en el tallo, no soy tan bueno como Larry al dibujar pero tengo lo mío.

—Es muy bonita, ¿la hiciste tú?— la repentina pregunta me hizo saltar y tirar mi choripan al suelo. Miré alterado a mi izquierda donde escuché eso y estaba Rory.

—¡Tú!— lo apunte con mi dedo— ¡hiciste que tirará mi desayuno!— le miré con fastidio, pero este seguía con su curiosa sonrisa de dientes puntiagudos.

—Déjate de pendejadas, te conseguiré algo mejor, pero primero— me mostró su mano; bajando cuatro dedos para dejar solo el índice, dejando en claro lo que iba en primer lugar— Trae a tu hermano, hoy tengo planes para todos ustedes.