Nockfell [𝐒𝐚𝐥𝐥𝐲 𝐅𝐚𝐜𝐞]

Tremendo bosque

13/julio/2021

Sal Fisher

Senti como mi cuerpo casi se cae de mi asiento por el gran tope que alcanzo el bus, despertando me inmediatamente y provocando que me pegara muy fuerte con mi asiento. Sentí como mi cabeza daba vueltas y mis ojos se nublaba tras ser recién despierto. Al ya estar acostumbrado, vi que faltaba poco para llegar a ese pueblo. Decidí ver la ventana que estaba a mi derecha, como el paisaje se daba rápido por la velocidad del bus, pero se llegaba a apreciar un verde paisaje, me gustaba eso.

Pude notar en varios carteles un "Esta cerca de Nockfell" para asegurarme totalmente de que ya llegaría. Vaya, no sabía como sentir me sobre esto, algo nuevo, volver a ver a mi padre y tener que relacionarme con su nueva familia, si le puedo llamar así, eso... me hace sentir ansioso. Decidí jugar con mis manos y mover mi pierna, no paraba de imaginar escenarios, escenarios no tan buenos... ¡Agh! ¡Vamos! ¡Cálmate! Estarás bien, si, lo estarás. Decidí que escucharía música, eso me calmaria.

Mientras mi mente daba su rumbo imaginando mil escenarios basando me en la letra de la canción. Pude ver como ya había llegado a mi destino, nuevamente, ese dolor en mi estómago y mi corazón acelerando se, odiaba ese nudo que se formaba. Pude escuchar al conductor dicer; " Llegamos a Nockfell". Me levante de mi lugar y guarde mi celular en mi bolsillo, para luego ir por mi mochila que estaba en la parte de arriba. Volteé atrás; solo por curiosidad, los jovenes ya no estaban, tal vez se bajaron en.... ¡Ah! ¡Si! "Gravity falls", creo que así se llamaba donde bajaron, y que nombre lleva ese pueblo, suena mucho mejor que el mío, "Nockfell" suena a pueblo de viejos, que aburrido.

—¡Oiga! ¿No se bajara?— escuche la voz del conductor de nuevo, ¡mierda! Me quede en la lela, agarre mi mochila, la puse sobre mi hombro izquierdo y fui por el pasillo hasta las escaleras donde daría mi bajada.

Al ya estar en la bajada, Pude divisar entre el polvo que apareció por que el bus volvió a arrancar, probablemente a su parada de descansa, quien sabe, vi a mi padre. Ese hombre alto, cabello y ojos iguales a los míos, con una sonrisa suave y con su horrible ropa, por favor alguien que le enseñe vestir a este hombre, lo quiero, pero a veces se pasa.

—¡Hijo!— su voz sonaba alegre, eso me tranquilizaba, se veía feliz al verme.

—¡Papá!— decidí exclamar, para caminar hacia él y dejar que me diera un fuerte abrazo de oso, ¡mierda! ¡Me ahogo! Ah, genial, me soltó.

—¡Pero mira! ¡Que grande estas!— señaló mi progenitor, para revolver mi cabello, agh, si ya estaba despeinado ahora peor— Antes eras un niño algo subido de peso, ¡pero mírate! Eres un fideo— ya decía yo que le iba tan bien, en algo tenía que cagarla este hombre.