II. Yee-HaW!¡

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En medio de la noche tres hermanos se adentraron a la tierra de los ladrones de la cuidad, ya que todo el mundo les temía por lo peligrosos que son y también porque eran cinco en el grupo. HyunWoo había colocado dinamita en cada esquina de la casa, mientras que Bin y JungKook saqueaban todo lo que tenían robado para repartirlo al pueblo, mientras que HyunWoo cargaba los costalitos a una carreta que sería empujada por sus caballos. Todo hubiera salido perfecto si el caballo se mantuviera callado, pero el relinchar hizo que los ladrones comenzaran a buscarlos...

Bin, ¿Cómo vas? –JungKook fue empujado a la pared, pero logró esquivar el golpe que iba directo a su cara.

¡¿Qué cómo voy?! –El labio de Bin ardía, con un solo golpe noqueo a la persona que lo perseguía, se limpió la sangre de su labio y continuó con el siguiente. Yo te cubro. –Sacó la pistola para terminar con dos e ir a ayudar a su hermano, HyunWoo preocupado tuvo que apresurarse en sacar todo lo robado y darles la señal a sus hermanos que les quedaba poco tiempo para salir.

¡Corran! –Gritó HyunWoo tomando los brazos de ambos para alentarlos a correr lo más rápido posible, exitosamente lograron llegar hasta dónde sus caballos con la carretilla del dinero.

El lugar explotó, HyunWoo celebró como un niño pequeño, mientras que sus hermanos estaban recuperando el aliento de la adrenalina que pasaron hace unos instantes.

¡¿No es un gran trabajo?! –HyunWoo estaba satisfecho en reducir el lugar en cenizas.

Lo es, cuando nosotros no corremos peligro de explotar también hyung. –Le reprochó el tercer hermano, frunciendo el ceño algo molesto porque por poco y no la cuentan.

Mn. –Bin estaba de acuerdo que eso fue peligroso, pero no era como que desconfiaría de su hermano, una porque era su hermano mayor y la otra porque siempre los protegía a toda costa, así que sabe lo que hace, pero, en estos casos cuando se te va casi el alma, es mejor hacerlo ver para que no repita en el futuro.

Lo siento. –Sonrió achicando sus ojos, aclarando su garganta se atrevió a preguntar y sobre todo a cambiar de tema. Por cierto ¿Cuál es nuestra siguiente parada?

Escuché que el condado Icheon están desapareciendo omegas para venderlos como esclavos. –Puntualizó Bin ya que había trazado una ruta con los casos que aun no se habían resuelto en el país.

Tan escasos que son hoy en día. –Suspiró. ¿Iremos? –Preguntó acompañado de una sonrisa que gritaba complicidad.

Si, eso queda a un día de aquí, si nos vamos desde este momento probablemente ahorremos medio día de viaje. –Guardó su libreta de notas en su mochila de piel color negra, es articulo demasiado importarte para el segundo hermano, porque ahí suele llevar también su libreta dónde escribe poesía.

¿Tenemos nombres? –Preguntó HyunWoo.

No, por lo que escuche ellos operan en la madrugada... -Bin hizo una mueca de desagrado ya que recordaba los detalles que le dieron a la hora de elegir el caso. Incluso han sacado a los omegas dormidos de sus propias casas.

Son unos idiotas. –Escupió indignado el menor de los tres, y es que quien los conocieran sabían de primera mano que lo que más adoraban era a su madre que a pesar de ser una ruda alfa, siempre les inculcó el respeto por los demás sobre todo el proteger a los débiles.

Los hermanos habían crecido en un ambiente familiar y armonioso, a pesar de que ambos padres fueran alfas y su cargo de rangers estuviera activo, nunca faltaron las muestras de afecto y los consejos para enseñarles a llevar una vida honrada. Fue una lástima que sus padres perdieran la vida al salvar una escuela en llamas, pero, en los tres hermanos estaba instalado el sentimiento de justicia y protección al que no se podía defender.

Siempre honrarían la memoria de sus padres...

A primera hora entregaron todo lo que había sido robado, como recompensa cada uno recibió cuatrocientas monedas de oro y una joya, satisfechos de la recompensa se prepararon para salir del pueblo y dirigirse a la siguiente para y después descansarían unos meses.

Bien, supongo que debemos partir ya. –Se subió HyunWoo a su caballo de color miel de cabellera rubia, de nombre Rayo. Lo había comprado a un campesino que no podía más con el mantenimiento del caballo, desde se momento HyunWoo sintió un flechazo por lo adorable y carismático animal.

¿Unas carreritas? –Preguntó JungKook en su caballo llamado Domino.

¡El último se paga las cervezas! –Gritó Bin, quien ya se había puesto en marcha con Luna, su caballo.

¡Hey! –JungKook hizo un puchero al ver que HyunWoo también se puso en marcha, lo habían dejado solo y probablemente también pagará las cervezas de los tres.

Los hermanos emprendieron su carrera al siguiente pueblo, sin percatarse de una blanca presencia a lo lejos. El joven de rostro estoico de vestimentas blancas miraba con cierta curiosidad y un poco de recelo a los hermanos cabalgar al sur.

Pronto. –Fue lo que susurró al viento, que ha sido su amigo desde que escapó de casa.

La carrera duró hasta el medio día siendo Bin el primero en llegar al pueblo, después lo alcanzo HyunWoo y por último JungKook que casi hace un tierno berrinche al saber que tendría que buscar un lugar para beber. El menor de los tres resignado se fue a buscar al mejor bar del condado, preguntando dio con el famoso bar de Las flores del desierto, bar sumamente famoso por tener a los más bellos omegas al servicio del entretenimiento y preparación de bebidas, al igual porque el dueño se aseguraba que sus empleados fueran respetados. Por las descripciones que recibió, la picazón de la curiosidad se hizo presente.

Bien, entonces Las flores del desierto será. –Sonrió para si mismo, y después continuar su camino en busca de sus tragos.

Hyung, ¿Qué estamos buscando? –Preguntó Bin ya que su hermano mayor comenzó a caminar y su parecer lo estaba haciendo sin rumbo, el ambiente en el lugar se sentía un poco tenso ya que las miradas de recelo de los vendedores se hicieron presentes.

Simple, algo fuera de lo normal. –Su hyung era bueno para ignorar todo eso, pero no se podía decir lo mismo del segundo hermano. Quiero que traces rutas de escape o atajos que nos puedan servir... no sabemos a lo que nos estamos enfrentando, así que tenemos que tener todo controlado.

Siempre podemos. –La ligera sonrisa se hizo presente en el rostro de Bin y su hermano instantáneamente sonrió. Realmente son un equipo.

El mercado concurrido era una buena idea para perder a la persona de blanco que los ha estado siguiendo desde hace tres ciudades, Bin tenía curiosidad del porque no se acercaba el chico, ya que por la sensación que transmitía el de ropas blancas jamás ha sido de peligro, así que solo estaba esperando a que se diera la oportunidad de presentarse, pero por mientras se divertiría no dejándosela fácil. Siguiendo a su hyung por el mercado asentía a cada cosa que le relatara del lugar y algunos datos curiosos, sobre todo el famoso bar que lo atienden los omegas más hermosos del país.

Las Flores del Desierto | BINSANDonde viven las historias. Descúbrelo ahora