Megumi caminó hasta la entrada de la escuela y pronto vio a los demás. Itadori estaba conversando sobre algo con su hermano y Nobara solo los observaba con los brazos cruzados.
Al acercarse, Sukuna le dedicó una breve mirada, pero rápidamente desvió su vista. Megumi tuvo la intención de acercarse a él, pero no pasó de ser solo eso, una intención. Además, tampoco estaba seguro de qué podría decirle…
El auto negro en el que Ijichi los llevaría se divisó a la distancia. Una vez estuvo frente a ellos, Sukuna fue el primero en entrar y acomodarse en asiento del copiloto, mientras que los tres chicos de primer año se quedaron en el asiento trasero.
—Es… extraño verte con compañía —titubeó Ijichi a Sukuna.
Sukuna solo hizo un leve ruido como asentimiento.
—El profesor Nanami cree que mis habilidades sociales son malas.La risa de Itadori burbujeó dentro del auto. Incluso Nobara dejó salir una risita.
—Es gracioso que sea Nanami quien juzgue eso. Aunque si los ponemos a ambos en una balanza, Nanami tiene más amigos que tú —dijo Itadori.Sukuna bufó.
—No necesito “amigos exorcistas”. No voy a formar un club y acabar con las maldiciones hombro a hombro con otras personas. Nanami hace todo solo y, aún así, se atreve a vender esa estupidez del trabajo en equipo. Tu querido Gojo no es la excepción —dijo a su hermano, mirándolo por el espejo.—Solo alguien que no tiene amigos se pondría tan a la defensiva porque su profesor le dijo que hiciera unos cuantos —Itadori molestó a Sukuna un poco más.
—... Ellos solo obedecen órdenes… —intervino Ijichi—. Por alguna razón… el director agregó eso, incentivar el trabajo en equipo, en el programa de enseñanza… Aunque cada profesor puede tomarse varias libertades a la hora de educar a sus estudiantes… De alguna u otra forma tienen que cumplir mínimamente con ciertos lineamientos.
—¿Ves? —habló Itadori—. Tu querido Nanami no tiene nada que ver.
—¿Querido? Mataría a ese tipo por una botella con agua si la necesitara.
Al escuchar eso, Ijichi hizo un ruido extraño.
—Tranquilo, Ijichi. A ti te mataría por al menos una soda.
—Tu hermano y tú no se parecen en nada, Itadori —habló Nobara con voz baja—. Es un cínico.
—Y también soy más guapo —dijo Sukuna.
Nobara le contestó algo con un tono enojado y luego la discusión solo se alargó. Itadori pensó, divertido, que hacía un tiempo que no escuchaba a su hermano hablar tanto con otras personas.
Tampoco sabía que su relación con Ijichi fuese tan buena. Los adultos a los que Sukuna respetaba podían contarse con una sola mano, y todavía sobrarían dedos.
En tan poco tiempo, había visto cosas interesantes en su hermano. Sumado a eso, el extraño interés que de repente tenía en Fushiguro era algo que jamás se habría esperado.
Con eso mente, giró su cabeza hacia su izquierda; su amigo estaba justo detrás del asiento del copiloto y tenía la vista clavada en el cuello de su hermano. Como percibiendo su mirada, Fushiguro miró le miró de reojo y desvío su atención a la ventana.
¿Qué estaba pasando realmente con esos dos?...El resto del viaje estuvo calmado. Sukuna seguía hablando con Ijichi, y los demás, o miraban lo que pasaba afuera del auto o escuchaban la conversación ajena.
Después de un rato llegaron al lugar y, tal como se indicaba en el reporte, era una vieja fábrica de sal a las afueras de la ciudad.
Todos bajaron del auto y recorrieron rápidamente los alrededores con la mirada. El terreno era amplio y desolado, en el suelo aún podían observarse cúmulos de granos blancos que probablemente la lluvia o el viento habían arrastrado.
Una hilera de estructuras, de las cuales solo una sobrepasaba los tres pisos, se extendían a un costado, pero el paso del tiempo había hecho que algunas paredes empezaran a derrumbarse.
La podredumbre del lugar era evidente.
ESTÁS LEYENDO
Engrama || Sukufushi
FanfictionMientras volvía de una misión, Megumi Fushiguro es atacado por un enemigo que no conoce y que utiliza métodos totalmente extraños para él. Su vida está en peligro, pero ni siquiera tiene la capacidad para protegerse y menos aún, luchar. ¿Cómo te enf...